El martes, los residentes de los pueblos de Al-Dishisha, Al-Qahira y Tal Tamr impidieron el paso de un convoy militar estadounidense por sus aldeas, situadas en la provincia nororiental de Al-Hasaka.
Según informó la agencia oficial siria de noticias SANA, los pobladores sirios obligaron al convoy estadounidense a batirse en retirada, oponiendo resistencia y gritando consignas en condena y rechazo de la presencia ilegal de militares de EE.UU. en su país.
“Dios, Siria, y [el presidente] Bashar [al-Asad] son suficientes para nosotros” y “Salgan de nuestro país”, eran algunos de los lemas que coreaban indignados los sirios.
A pesar del rotundo rechazo del Gobierno y pueblo sirios, Washington ha estado ampliando en los últimos meses su presencia en el país árabe, donde ha construido nuevas bases militares y expandido las ya existentes. Además, ha enviado refuerzos militares a las zonas nororientales de Siria, ricas en petróleo.
Esas movilizaciones se producen al tiempo que distintos informes confirman que EE.UU. está tratando de reavivar al grupo extremista estado islámico (Daesh, en árabe) y desestabilizar Siria e Irak para saquear sus recursos naturales.
Rusia, principal aliado del Ejército de Damasco en la lucha anti extremista, también critica la presencia militar ilegal de Washington en Siria, pues ha desplegado gran número de fuerzas sin permiso del Gobierno sirio.
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