Rusia está estableciendo una base militar en el noroeste de Siria tras llegar a un acuerdo con las fuerzas kurdas, a las que entrenará para ‘combatir el terrorismo’.
Redur Yelil, el portavoz de las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo), ha dicho este lunes a Reuters que el acuerdo con Rusia se selló el domingo y las tropas rusas ya han llegado a la ciudad noroccidental de Afrin (en la provincia de Alepo) con vehículos blindados.
El movimiento probablemente enojará a Turquía. Ankara considera a las YPG como parte del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, en kurdo) y las cataloga como un “grupo terrorista”.
La presencia rusa (…) se materializó tras un acuerdo entre las YPG y las fuerzas rusas que operan en Siria en el marco de la cooperación antiterrorista. Rusia entrena a nuestras fuerzas y los kurdos establecen un contacto directo con las fuerzas rusas”, dice Redur Yelil, el portavoz de las Unidades de Protección Popular.
Turquía ha lanzado una ofensiva transfronteriza a lo largo de sus fronteras sureñas para evitar los avances de las YPG en el territorio sirio. Las fuerzas kurdas controlan las franjas nororientales de Siria y Afrin. Turquía no quiere permitirles conectar Afrin a la ciudad de Kobani (norte), con lo que ―a juicio de Ankara― formarían un Estado kurdo unido con apoyo del PKK.
“El acuerdo entró en vigor hoy”, ha añadido el portavoz kurdo, sin dar más detalles sobre el número de las tropas rusas desplegadas en la zona de Jandaris, en las afueras de Afrin, el lugar donde están estableciendo la base. Jandaris fue bombardeada anteriormente por las fuerzas turcas, ha indicado Yelil.
Las YPG, que forma parte de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF, por sus siglas en inglés), también son aliadas estratégicas de EE.UU. en Siria. A través de la ayuda a los kurdos, EE.UU. trata de impulsar su estrategia para federalizar Siria. La estrategia empezaría a través de establecer una o dos zonas federativas como el noreste kurdo para ver cómo la estrategia funciona en primer lugar y luego otras partes podrían convertirse en el modelo federativo.
Según la estrategia, el Gobierno de Siria y los grupos terroristas EIIL (Daesh, en árabe) y el Frente Fath al-Sham (anteriormente conocido como Frente Al-Nusra) no tendrían ningún papel en el supuesto Estado. De acuerdo con Damasco, la federalización amenaza la seguridad del país.
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