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lunes, 13 de marzo de 2017

Trump y la crisis económica que viene para EEUU

EEUU perderá el liderazgo global y Trump acelerará su colapso. Eurasia podría tomar la estafeta, pero está por verse si será de forma pacífica. México no puede seguir atado al 'Titánic'.


El martes el empresario Hugo Salinas Price publicó en su portal Plata.com.mx, un muy interesante artículo titulado ‘Where Are We Today?’ (¿Dónde estamos hoy?) que vale la pena leer. Aquí comentaremos sólo una de las reflexiones que nos dejó: Estados Unidos (EEUU) es sin lugar a dudas el país líder, pero ya en decadencia. Ese liderazgo global, con Trump o sin él, habrá de perderlo de todos modos.

Lo que Trump podría provocar en todo caso es que ese colapso llegara más temprano que tarde.

Y es que el presidente estadounidense persigue dos objetivos que se contraponen. Nos referimos a su intención de debilitar al dólar para reducir el déficit comercial -lo que implica expandir sus exportaciones y reducir sus importaciones-, mientras al mismo tiempo pretende estimular la economía con fuertes recortes a los impuestos corporativos y el establecimiento de barreras proteccionistas, como aranceles o un impuesto de ajuste fronterizo (BAT, por sus siglas en inglés).

Son objetivos contrapuestos porque su plan fiscal convertiría a Estados Unidos en una ‘aspiradora’ de dólares que fortalecería al dólar -justo lo contrario a lo que quiere-.

De hecho, el Índice Dólar (DXY) ya ha venido ganando fuerza desde 2014. En diciembre incluso llegó a un máximo de más de 14 años.

Esa revaluación ha contribuido a que el desbalance comercial de EU se disparara en enero a un máximo de casi cinco años.

La escalada del dólar coincide -no por casualidad- con la caída en el volumen de reservas internacionales en bancos centrales del mundo que comenzó también en 2014.

Después del ‘tsunami’ global de liquidez que la Reserva Federal (Fed) lanzó tras la crisis de 2008-2009, la gran destructiva ola va de regreso. Países emergentes (como México y China), han tenido que deshacerse de buena parte de sus reservas en un intento por ‘defender’ el valor de sus monedas.

Así que múltiples presiones persisten para inflar al billete verde, y por paradójico que pueda parecer, cuando lleguen la próxima crisis y recesión globales, la estampida de los inversionistas hacia el falso refugio del dólar podría fortalecerlo con ‘esteroides’.

Sobra decir lo que pasará si y cuando el dólar si se infle en burbuja, pues todas estallan. Justo por eso es indispensable que todo inversor tenga posiciones defensivas en oro físico (y plata) como protección.

Como le digo, el liderazgo de Estados Unidos está condenado a perderlo, más tarde si Trump recula en sus promesas proteccionistas al darse cuenta de que fracasarán, o más pronto si necea.

Trump no entiende que el condenado sistema monetario actual necesita que Estados Unidos se mantenga en déficit, pues de lo contrario -al ser la moneda de reserva global-, sin ese flujo que nutre de dólares al exterior habría una escasez de la divisa que mandaría ondas deflacionarias de choque a todo el mundo, generando quiebras y graves problemas para pagar deudas en ella.

Si, por el contrario, de algún modo desesperado -como una nueva y masiva ‘flexibilización cuantitativa’ (Quantitative Easing) lograran debilitar al dólar, tal vez pospongan la caída de su reinado, pero su colapso -provocado por la desenfrenada acumulación exponencial de deuda en todo el sistema- seguirá siendo inevitable.

Salinas Price presume que la estafeta del liderazgo será tomada por Eurasia (Europa, Rusia y China) en su conjunto. Es muy probable.

La pregunta inquietante que se hace el magnate mexicano es si ese traspaso será pacífico o si vendrá después de una nueva Guerra Mundial. Nadie puede descartarlo.

Como sea, el punto es que en México tenemos que entender que no podemos seguir encadenados al ‘Titánic’, y que volver al pasado (AMLO dixit) y cerrarnos al mundo terminaría por hundirnos de igual modo.

En estos mares turbulentos, seguir el camino de la libertad económica que está llevando a quienes la practican hacia la prosperidad, es la verdadera salida. Si además de ello lo hiciéramos de la mano de la monetización de la plata, no tendríamos que correr la misma suerte del vecino.

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