Equipado con un impresionante arsenal, el IA-58 Pucará es un avión fiable, sencillo y con una gran potencia de fuego, que demuestra el potencial de la industria aeronáutica de Argentina.
Denominado Pucará (fortaleza en quechua), el IA-58 realizó su primer vuelo el 20 de Agosto de 1969. La aeronave fue diseñada por el ingeniero aeronáutico Aníbal Dreidemie, a pedido del Comando Aéreo Argentino. Vamos a conocer las características que definen a este avión de combate.
1. Cóndor de los cielos
El objetivo del IA-58 Pucará es el apoyo a las Fuerzas Terrestres especializándose en el ataque a helicópteros y campamentos enemigos. Por lo tanto, no puede luchar contra las aeronaves a reacción del adversario.
Es un avión biplaza de diseño sencillo con una gran maniobrabilidad. Su armamento consiste en 4 ametralladoras de 7.62 milímetros FM M2-20, 12 bombas de 100 kilogramos de Napalm cada una, 7 coheteras LAU-68 de 70 milímetros junto con 2 cañones de 20 milímetros. También puede llevar un lanzagranadas de 40 milímetros con 74 granadas.
Vemos que, por las características de su arsenal, resulta letal contra las fuerzas guerrilleras y helicópteros que no tengan cobertura aérea.
Las dimensiones del IA-58 Pucará son reducidas, con una longitud de 14,5 metros y una envergadura de 14,25 metros. Su peso con el equipo completo es de 6.800 kilogramos.
Alcanza una velocidad de 500 km/h, gracias sus turbinas de origen francés Turbomeca Astazou.
La habilidad más destacada que presenta el IA-58 Pucará, es su capacidad de despegar de pistas semipreparadas o en malas condiciones, gracias a su tren de aterrizaje triciclo de alta resistencia con ruedas duales.
En cuanto a la aviónica, el Pucará dispone de dos sistemas AI, VOR/LOC, junto con radiogoniómetro, compás magnético y transceptores VHF/HF, IFF, CME.
2. Combate en las Malvinas
El IA-58 Pucará tuvo un papel importante en la Guerra de las Malvinas de 1982, tanto en el asalto a los campamentos ingleses, como en la destrucción de helicópteros.
Un helicóptero Westland Scout, del Ejército británico, fue derribado por un IA-58 Pucará durante el conflicto. También se destacó en la Batalla de Pradera del Ganso.
Durante el conflicto, el IA-58 Pucará actuó en tres bases, dos de ellas (la de Calderón y la Cóndor) con pista de aterrizaje de tierra.
Como dato interesante, se pensó dotar al Pucará de armamento antibuque en forma de torpedos para hostigar a la Marina de Guerra británica, aunque el proyecto no prosperó, hubiese mejorado la eficacia en combate de este avión.
Lo que demostró el Pucará en este conflicto fue: flexibilidad, potencia de fuego, seguridad y robustez. A raíz de su intervención, muchos países expresaron su interés en la adquisición de este biplaza. Finalmente, sólo Colombia y Sri Lanka lo adquirieron directamente por los motivos que vamos a ver a continuación.
3. Terror de los guerrilleros
Su simplicidad, capacidad de operar en muchos tipos de terreno y su armamento lo hacen ideal para operaciones de contrainsurgencia. Este fue el motivo por el cual Colombia, en su lucha contra las FARC, y Sri Lanka, contra la guerrilla tamil, compraron estas aeronaves que demostraron con creces su efectividad en este tipo de combate, donde aviones más caros y más avanzados tecnológicamente no dan la talla.
4. Éxito aeronáutico
Pasados 40 años de su fabricación, el Pucará continúa en servicio, testimonio elocuente de su efectividad, robustez y de la eficacia de la industria militar argentina, poco desarrollada pero con un gran potencial.
La habilidad más destacada que presenta el IA-58 Pucará, es su capacidad de despegar de pistas semipreparadas o en malas condiciones, gracias a su tren de aterrizaje triciclo de alta resistencia con ruedas duales.
En cuanto a la aviónica, el Pucará dispone de dos sistemas AI, VOR/LOC, junto con radiogoniómetro, compás magnético y transceptores VHF/HF, IFF, CME.
2. Combate en las Malvinas
El IA-58 Pucará tuvo un papel importante en la Guerra de las Malvinas de 1982, tanto en el asalto a los campamentos ingleses, como en la destrucción de helicópteros.
Un helicóptero Westland Scout, del Ejército británico, fue derribado por un IA-58 Pucará durante el conflicto. También se destacó en la Batalla de Pradera del Ganso.
Durante el conflicto, el IA-58 Pucará actuó en tres bases, dos de ellas (la de Calderón y la Cóndor) con pista de aterrizaje de tierra.
Como dato interesante, se pensó dotar al Pucará de armamento antibuque en forma de torpedos para hostigar a la Marina de Guerra británica, aunque el proyecto no prosperó, hubiese mejorado la eficacia en combate de este avión.
Lo que demostró el Pucará en este conflicto fue: flexibilidad, potencia de fuego, seguridad y robustez. A raíz de su intervención, muchos países expresaron su interés en la adquisición de este biplaza. Finalmente, sólo Colombia y Sri Lanka lo adquirieron directamente por los motivos que vamos a ver a continuación.
3. Terror de los guerrilleros
Su simplicidad, capacidad de operar en muchos tipos de terreno y su armamento lo hacen ideal para operaciones de contrainsurgencia. Este fue el motivo por el cual Colombia, en su lucha contra las FARC, y Sri Lanka, contra la guerrilla tamil, compraron estas aeronaves que demostraron con creces su efectividad en este tipo de combate, donde aviones más caros y más avanzados tecnológicamente no dan la talla.
4. Éxito aeronáutico
Pasados 40 años de su fabricación, el Pucará continúa en servicio, testimonio elocuente de su efectividad, robustez y de la eficacia de la industria militar argentina, poco desarrollada pero con un gran potencial.
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