"Tras más de 600 días de los combates, la situación parece un conflicto enquistado que no tiene solución militar. Su prolongación solo implica la muerte de más gente. Por eso apoyamos todo lo que haga posible una solución pacífica", declaró el ministro de Asuntos Exteriores de Eslovaquia, Juraj Blanar.
Blanar también agregó que Eslovaquia considera que el suministro de armas a Ucrania, así como la imposición de sanciones antirrusas, que perjudican más a la Unión Europea, no funcionan.
"No hay ningún progreso, e innumerables personas están muriendo", expresó Blanar.
Anteriormente, el Gobierno de Eslovaquia desestimó la propuesta del Gabinete anterior de enviar un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por 40,3 millones de euros.
El primer ministro eslovaco recién nombrado, Robert Fico —el político que ha sido durante mucho tiempo un enemigo declarado de enviar armas a Kiev— declaró que detendría el suministro de equipo militar a Ucrania. De acuerdo con él, el envío de estos recursos tenía como objetivo posponer las conversaciones de paz y prolongar el derramamiento de sangre.
A su vez, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, también comentó que su país seguirá bloqueando los pagos adicionales a Kiev hasta que vea una fundamentación clara de la necesidad de esa medida, y no una simple propuesta de "darle más dinero".
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