Dos buques de asalto anfibio de la Armada estadounidense que fueron enviados al Mar Rojo para contener a los hutíes respaldados por Irán ahora han sido redesplegados en el Mediterráneo a pesar de los continuos ataques incesantes de los hutíes.
El jueves, el U-S-S Bataan y el U-S-S Carter Hall, dos de los tres barcos del Bataan Amphibious Ready Group (ARG), cruzaron el Canal de Suez hacia el norte. Se dirigen al tercer barco de su formación, el U-S-S Mesa Verde, para reunirse y formar completamente un grupo de ataque.
Los barcos que salen del Mar Rojo llevan consigo un grupo de unos 100 marines que han sido entrenados para formar parte de equipos de seguridad marítima en buques mercantes.
En este momento, la administración Biden ha optado por no utilizar estas capacidades (así como otros activos de la Marina de los EEUU y del SOCOM) para contrarrestar la amenaza hutí a la marina mercante. Desde el inicio de la operación israelí en la Franja de Gaza, los hutíes se apoderaron de un barco mercante vinculado a Israel y lanzaron más de 100 drones y misiles contra objetivos en el Mar Rojo, incluidos barcos de la Armada estadounidense.
Según se informa, Arabia Saudita ha instado a la Casa Blanca a abstenerse de atacar los sitios de lanzamiento de los hutíes por varias razones. El movimiento hutí está estrechamente vinculado al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y recibe un importante apoyo financiero y material de Irán. Los ataques a los hutíes sobre el terreno podrían hacer descarrilar las conversaciones de alto el fuego entre los líderes saudíes y los hutíes, así como frustrar los esfuerzos de Arabia Saudita por normalizar las relaciones con Irán. Los hutíes también tienen la capacidad de responder disparando misiles contra la infraestructura petrolera saudita, como lo han hecho en el pasado.
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