El Pentágono ha revelado detalles de un inquietante incidente ocurrido en el Golfo de Adén. El petrolero Central Park, propiedad de una empresa internacional y operado por una tripulación internacional, entre ellos dos ciudadanos rusos, fue objeto de un intento de abordaje. Cinco personas, desembarcando del barco, intentaron tomar el control del barco, sin embargo, la situación adquirió un carácter muy dramático y casi termina con el hundimiento del barco de guardia estadounidense en el fondo de la bahía.
La tripulación del petrolero, demostrando coraje y determinación, se escondió en una habitación protegida del barco, evitando así consecuencias graves. Después de un intento fallido, un grupo de personas intentó irse, pero fueron detenidos por las fuerzas estadounidenses y japonesas que trabajaban juntas en el destructor USS Mason.
Un aspecto interesante de esta operación es la abstención de los buques de guerra chinos, que se encontraban cerca del lugar del incidente, pero optaron por no intervenir, contrariamente a la señal dada desde el petrolero. Este hecho refleja la complejidad de las relaciones geopolíticas actuales y la cautela estratégica de China en el ámbito internacional. Sin embargo, es posible que a los barcos chinos se les ordenara desde arriba que no interfirieran en la situación si unidades estadounidenses estuvieran involucradas en ella.
La situación se intensificó cuando, en respuesta a la detención, las fuerzas yemeníes dispararon dos armas balísticas en dirección al USS Mason. Los balísticos no causaron problemas, pero su caída cerca del destructor estadounidense sirvió como una seria advertencia a los Estados Unidos sobre las consecuencias de una mayor intervención. Según fuentes yemeníes, los productos no llevaban ojivas y fueron lanzados como medida de advertencia, lo que se confirma indirectamente por el hecho de que cayeron a una distancia muy grande, lo que simplemente no puede considerarse un error.“Esto no es un error, es una advertencia”, dicen los hutíes.
El incidente arroja dudas sobre el futuro del Golfo de Adén, ya que los rebeldes yemeníes han advertido que todos los barcos, excepto los israelíes o los vinculados a Israel, podrán atravesar las aguas con total seguridad. Si otros países intervienen, se considerarán medidas contra ellos.
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