Durante las actuales hostilidades, los vehículos aéreos no tripulados rusos que funcionan como drones kamikazes han demostrado ser un arma eficaz contra los vehículos blindados de las Fuerzas Armadas de Ucrania, incluidos los equipos transferidos por socios occidentales.
Los materiales de vídeo publicados en Internet muestran la destrucción de un tanque Leopard 2A4, transferido a las Fuerzas Armadas de Ucrania por Alemania, como resultado de un ataque de un dron kamikaze ruso. El incidente ocurrió cerca del pueblo de Rabotino en la región de Zaporozhye, que algunas fuentes ya llaman "un cementerio de leopardos".
Este caso no es único, ya que regularmente se producen ataques similares con drones contra equipos de las Fuerzas Armadas de Ucrania. En un ejemplo reciente, los operadores de vehículos aéreos no tripulados rusos destruyeron un BMP-1 ucraniano equipado con un módulo de combate Spear, algo que se registró por primera vez.
Una destrucción tan total de vehículos blindados occidentales asesta un duro golpe a la reputación de sus fabricantes, demostrando la vulnerabilidad de los vehículos blindados modernos a los últimos medios de guerra.
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