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miércoles, 16 de diciembre de 2015

EE.UU. e Israel se pliegan ante la demanda de Rusia de mantener a Assad en el poder.



Después de dos intentos, el Secretario de Estado, John Kerry, finalmente volvió al presidente Barack Obama lejos de sus cuatro años de insistencia en que BasharAssad se debe ir, como condición previa para una solución del conflicto sirio. Este martes 15 de diciembre, el Secretario anunció en Moscú: "Los Estados Unidos y nuestros socios no están buscando un denominado cambio de régimen".

Tras el primer intento de Kerry, Obama aún se mantuvo en sus trece. Él dijo en Manila que no creía que la guerra civil en Siria "terminara mientras el dictador siga en el poder."

Casi un mes pasó y entonces, la noche del martes, después de un día de regatear con el ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov culminó en una conferencia conjunta con Putin en el Kremlin, en la que Kerry confirmó esta evolución en la política estadounidense. El objetivo ahora, dijo, "no está en nuestras diferencias sobre lo que se puede o no se puede hacer de inmediato sobre Assad." Más bien, en facilitar un proceso de paz en el que "los sirios tomen las decisiones para el futuro de Siria."

Esta declaración trajo a Washington en línea con la demanda de Moscú para que el futuro del presidente sirio sea determinado por su propio pueblo.

En esta demanda, el ayatolá Ali Jamenei está aún más obstinado que Putin.

Fuentes de Debkafile en Oriente Medio se preguntan acerca de la medida de libertad que el pueblo sirio puede esperar mientras se sujeta firmemente sujetos en la pinza militar de Rusia, Irán y Hezbolá. Sin embargo, esto no era de interés inmediato para los grandes actores de poder. La rendición de Washington a la línea rusa e iraní sobre el futuro de Assad les ofreció la esperanza a corto plazo de lograr avances en la importante conferencia internacional sobre la cuestión siria que tiene lugar en Nueva York el viernes.

De otra de las principales concesiones de Estados Unidos - ésta vez a Teherán - apenas se dio nadie cuenta.

El martes anteriormente, la junta de 35 naciones de la AIEA en Viena cerró su investigación sobre si Irán busca armas atómicas, optando por respaldar el acuerdo internacional con Teherán en lugar de detenerse en las actividades pasadas de Irán.

Este motivo de ir hacia delante, hacia el futuro en lugar de vivir en el pasado fue una repetición del argumento para mantener Assad en el poder. Proporcionó una coartada para dejar que Teherán se salga con la sospecha de probar una detonación nuclear en su complejo militar de Parchin, sin perder el alivio sanciones, por el simple recurso de negar el acceso a la agencia nuclear de la ONU para monitorizar y confirmar esas sospechas.

En un solo día, el gobierno de Obama entregó certificados de legitimidad al dictador sirio, que es responsable de más de un cuarto de millón de muertes, y a los avances hacia un arma nuclear de Irán.

Estas inversiones épicas políticas estadounidenses llevaron tres mensajes principales:

1. La administración Obama se ha alineado detrás de los objetivos en Oriente Medio de Putin, que dependen de mantener a Bashar Assad en el poder.

2. Washington respalda la intervención militar masiva de Rusia en Siria, a pesar de que tan recientemente como el mes pasado Obama la condenó como condenada al fracaso.

3. Los Estados Unidos ahora están detrás de Irán - no sólo en la cuestión siria - sino también en la existencia de una alianza Irán-Siria-Hezbolá, basada en un sólido puente de tierra de Irán y el Golfo hasta la costa mediterránea en virtud de la potencia y protección militar y política de Rusia.

Aún más sorprendente fueron los sentimientos escuchados esta semana en Jerusalén.

Nuestras fuentes militares y de inteligencia citan a funcionarios que instan al gobierno a aceptar el cambio de tendencia política estadounidense. En algunos círculos militares, de voces de altos cargos se escucharon comentarios favorables sobre las nuevas perspectivas de Assad de supervivencia en el poder, o de aconsejar a Israel saltar a bordo de la actual evolución del asunto en vez de obstruirlo.

Esos mismos "expertos" afirmaron que los días de Assad estaban contados. Se equivocaron entonces y se equivocan ahora.

Israel se vio obligado a ceder ante el programa nuclear iraní, pero su aceptación de la permanencia de Assad y la presencia indefinida en Siria de sus patrocinadores, Irán y Hezbolá llegará a un alto precio paraIsrael en el próximo conflicto.   FUENTE

Fuente: Debkafile

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