Como sabrán la mayoría de ustedes, una élite gobierna este mundo, y aunque no podemos especificar con exactitud quienes son esos sujetos, la realidad es que, si podemos mencionar a algunos de ellos, y entre estos están sin duda, la familia de banqueros Rothschild.
Así es, esta poderosa familia es una de las que dominan el mundo, quizá no la principal, pero si una de las más importantes. Pero esta familia no solo es de conocimiento público, sino que, además, posee algunos medios de información tan importantes como la revista The Economist. Y es en esta revista donde me quiero concentrar hoy.
Quizá para muchos esta revista es completamente desconocida, sin embargo, en las altas esferas del poder político y económico está muy presente. Y esta revista se caracteriza por lanzar cada año una predicción de lo que pasará en el mundo en el año siguiente, o meses posteriores, a su publicación.
Pues bien, en el último número de este magacín (correspondiente al bimestre junio-julio del presente año) apareció una imagen muy sugestiva; o quizá no tanto, pues el mensaje es bastante obvio y claro.
En la mencionada portada podemos apreciar una imagen, como si de un cuadro se tratase, donde podemos observar a una familia reunida sentada en un sofá; en la pared, que está a espaldas de los allí representados, se observan, entre otras cosas, la imagen de un cerdito.
Y es en esta imagen en la que me quiero concentrar, pues si bien hay muchos otros elementos, todos son bastante obvios en cuanto a lo que representan, pues podemos observar un asteroide que está a punto de colisionar con la tierra (de esta figura también mencionaré algo posteriormente); un volcán en erupción; el deshielo de los polos, específicamente de la Antártida; unos microbios (representando enfermedades que amenazan a la humanidad); el estallido de una bomba atómica (advirtiendo sobre el peligro de una conflagración atómica entre potencias nucleares), en este sentido recordemos las actuales tensiones entre la India y China, dos potencias nucleares; y una llamarada solar. Con respecto a esto último, recordemos que actualmente el sol está en mínimos de actividad solar, inclusive llevaba muchos días (creo que incluso ya eran años) sin registrar una sola mancha solar, situación que cambió hace solo unos días atrás, pues se registró una potente llamarada solar; en este sentido habría que decir que The Economist si acertó, finalmente, aunque también cabe mencionar que me parece que el evento fue anterior, por unos días, a la publicación del presente número de la mencionada revista.
Asimismo, dos miembros humanos de la familia, y el gato, tienen colocadas en sus cabezas mascarillas antigases, de esas que utiliza el ejército en caso de ataque químico o biológico; el niño solo tiene un casco militar sobre su cabeza. Esto, sin duda, es una advertencia del posible estallido de un conflicto bélico de considerables proporciones en alguna parte del mundo. Y si bien ya mencioné las tensiones actuales entre China y la India, hay otro punto caliente en el planeta, muy caliente diría yo, quizá inclusive mayor que el representado por las potencias asiáticas; y ese punto caliente no es otro que Israel.
Ya en vídeos anteriores les hablé de las posibles consecuencias del estallido de un conflicto militar entre Israel y sus vecinos árabes a raíz del conflicto palestino. Recordarán que en estos días Israel hará oficial su anexión de la Cisjordania, creando con ello unas muy altas tensiones con el grupo militar Hezbolá, así como con Irán y Siria, e inclusive con Turquía. Estos tres países, y Hezbolá, han advertido a Israel de graves consecuencias si finalmente se anexiona Cisjordania. Otro país muy molesto con esta situación es Jordania, pues la Cisjordania es territorio que anteriormente pertenecía a ellos pero que perdieron como resultado de la derrota contra Israel en la llamada guerra de los seis días.
Pero volviendo al tema central de este artículo, resulta que tan solo unos pocos días después de la publicación de la presente revista se presentó en China una situación de muy alto riesgo sanitario luego que se descubriese una nueva cepa de gripe porcina (la H1N1) muy virulenta, inclusive más que el actual bicho, a la que han bautizado como G4.
Aunque hay que aclarar que este nuevo bicho del que les hablo hoy sólo está presente (por el momento) en los cerdos y no en humanos, sin embargo, no olvidemos que las mayores plagas que han asolado a la humanidad se han dado precisamente por zoonosis, esto es, por trasmisión directa de animal a humano debido al constante contacto entre ambas especies, en este caso, por el constante contacto entre los granjeros y los cerdos que crían para el consumo de las personas. Así es precisamente como se cree que el actual bicho paso hacia los humanos: por el consumo de animales silvestres, o por la cría de los mismos.
En la presente situación si bien el bicho del que les hablo ahorita, el de los cerdos, aun no se pasa hacia los seres humanos, esa es una posibilidad muy real, sobre todo si pensamos en el mencionado caso del virus H1N1 (esta sería una mutación del mismo) cuando en Estados Unidos, en el año del 2009, se hizo presente en el hombre por primera vez. Aquí quisiera aclarar que, pese a que el bicho se originó en los EEUU, nadie los culpó y nadie exigió entonces una indemnización. Entonces, ¿Por qué ahora las autoridades norteamericanas lo exigen de China, país donde supuestamente se originó la presente pandemia? Como siempre, el doble rasero de los estadounidenses, la doble moral de EEUU.
Como sea, el caso es que si nos atenemos a los datos duros, The economist habría acertado una vez más en su predicción; aunque la realidad es que esto no es así, pues lo del bicho H1N1 es una investigación que ya llevaba meses realizándose solo que apenas se dieron a conocer los resultados; el que The Economist se hubiese podido adelantar a las conclusiones de la investigación es solo el resultado de disponer de información privilegiada, información a la cual el resto de mortales no tenemos acceso.
En conclusión: No es que The Economist prediga el futuro, sino que ellos disponen de información privilegiada y, además, ellos son los que manejan los hilos de la política y economía mundiales; así que, si no lo supieran, eso sería lo extraño.
La otra cosa de la que les quiero hablar es con respecto a la imagen del asteroide que está a punto de impactar contra el planeta. Aclaro, si bien la posibilidad existe, esta es muy remota, porque de otra manera no sería posible la vida sobre la faz de la Tierra si a cada rato impactasen asteroides contra su superficie; eso solo pasa cada miles de años, inclusive millones de años; es decir, que se impacte un asteroide de importantes dimensiones contra el planeta.
Eso de los impactos de asteroides contra la tierra se ha vuelto muy popular desde que Hollywood comenzó a hacer películas sobre el tema, pero la realidad es que no se conoce de alguna amenaza real de impacto contra la tierra de algún cuerpo extraterrestre, ya sea cometa, asteroide o meteorito, que, si bien hay algunos que tienen una posibilidad de hacerlo, esta es muy lejana.
El objeto extraterrestre que se conoce y que representa mayor peligro para la tierra es el 2010 RF12; este es el asteroide con mayores probabilidades de chocar contra la Tierra. Sin embargo, su impacto potencial sería en 2095 y tiene ocho metros de diámetro, lo que "podría causar algún daño", según la ESA. Sin embargo, la ESA dice que hay "mucho tiempo para hacer algo al respecto" y desviar la órbita del RF12.
En todo caso, si hubiera algún peligro real de grandes proporciones para la tierra, y este fuera ignorado por la comunidad científica, entonces eso sí sería una predicción de The economits, pero en todo caso, eso no lo sabríamos sino hasta el último momento. Y en caso de que hubiera ese peligro real y alguien lo supiera, muy difícilmente los gobiernos lo dirían, pues no tendría caso alarmar a la gente si no nos fuera posible evitar el impacto; y eso, con toda probabilidad, es imposible con nuestros medios actuales.
El más reciente impacto de algún objeto extraterrestre de importantes dimensiones contra la tierra ocurrió en el año de 1908 en la región de Tunguska, Rusia. Aunque, si bien algunos científicos especulan con que se trató del impacto de algún meteorito o asteroide contra la tierra, en realidad no hay ninguna prueba de ello y lo que ocurrió allí aun es un misterio.
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