“El glorioso Ejército de Azerbaiyán ha liberado las aldeas de Jirmanyig, Agbulag y Ajullu del distrito de Joyavend. ¡Viva el Ejército de Azerbaiyán! ¡Karabaj es Azerbaiyán!”, dijo el viernes el mandatario azerbaiyano, Ilham Aliev, en su cuenta oficial de Twitter.
El anuncio vino en pleno intercambio de fuego entre las fuerzas de Armenia y Azerbaiyán pese al alto el fuego “humanitario” declarado por las partes el 10 de octubre en la región disputada de Nagorno Karabaj.
Desde la entrada en vigor de la tregua ambas naciones han denunciado bombardeos sobre sus territorios y se acusan mutuamente de violar el cese de las hostilidades.
En la madrugada de este sábado, el Ejército armenio atacó con misiles una zona residencial en la segunda ciudad de Azerbaiyán, Ganyá, y la cuarta ciudad más grande de este país, Mingachevir, marcando una escalada en el conflicto de Nagorno Karabaj.
El asesor del presidente azerbaiyano, Hikmet Hajiyev, describió los ataques como “indiscriminados” y anunció que al menos 35 civiles resultaron heridos, mientras que cinco, incluidos dos niños, murieron como resultado de los bombardeos que, según las informaciones preliminares, destruyeron 20 viviendas.
Ganyá, una ciudad de más de 300 mil habitantes, ya había sido bombardeada el domingo por un misil armenio que causó diez muertos.
Las tropas azerbaiyanas, a su vez, llevaron a cabo el viernes una ofensiva contra la ciudad de Stepanakert, de mayoría étnica armenia y ubicada en el enclave de Nagorno Karabaj.
La espiral bélica en Nagorno Karabaj volvió a reavivarse el 27 de septiembre, tras desatarse duros enfrentamientos que han dejado decenas de muertos en ambos bandos.
Diferentes países de la región, incluidos Rusia e Irán, han llamado a las partes involucradas en el conflicto a la moderación, el diálogo y el cese de hostilidades, aseverando que el prolongado conflicto solo se resolverá mediante el diálogo, puesto que los enfrentamientos militares solo agravan la situación y amenazan la paz y seguridad regionales.
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