En la ceremonia de adhesión del equipo de misiles de guerra a la Fuerza Naval del Cuerpo de Guardianes de la República Islámica de Irán, celebrada el lunes, el contralmirante Alireza Tangsiri, comandante de la Fuerza Naval del Cuerpo de Guardianes de la República Islámica, afirmó que “con la llegada de este equipo, ahora, podremos monitorear incluso las señales silenciosas y comunicaciones internas del enemigo”.
Según sus declaraciones, una parte del poder misilístico de Irán, diseñada y producida por los expertos nacionales, que tiene capacidades y características superiores en el campo de batalla, ingresará a la sección operativa y a la unidad de combate naval del Cuerpo de Guardianes de la República Islámica.
El alto mando castrense añadió que dichos sistemas pueden disparar con precisión desde las profundidades y áreas de defensa pasiva, disparar a 360 grados, así como lanzar minas a diferentes rangos, al tiempo que tienen la capacidad de contrarrestar la guerra electrónica, pues, su alcance y su poder destructivos han pasado por procesos de actualización.
Enfatizando que la eficacia en el combate de la Fuerza Naval del Cuerpo de Guardianes de la República Islámica continuará en línea con la estrategia de “reforzamiento”, Tangsiri aseveró que las fuerzas iraníes neutralizarán cualquier posible ataque del enemigo con una letal respuesta.
En los últimos años y pese a las sanciones impuestas en su contra por el Occidente, Irán ha conseguido avances considerables en la industria defensiva, en particular en la producción de aviones y misiles, y ha logrado ser autosuficiente en la fabricación de equipos y sistemas militares en las cuatro décadas transcurridas desde la victoria de la Revolución Islámica (1979).
Las autoridades iraníes han aclarado una y otra vez que su capacidad militar no representa amenaza alguna para otros países y que no buscan una guerra con nadie, ya que su doctrina de defensa se basa en la disuasión. No obstante, defenderán la soberanía del país, especialmente en las aguas del Golfo Pérsico que es una de las líneas rojas de Teherán.
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