La mitad de los ucranianos se opone al ingreso de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) porque “no quieren estar en la línea de fuego, no quieren ser moneda de cambio, ni carne de cañón”, señaló el miércoles el mandatario ruso, Vladimir Putin.
A su juicio, al menos el 50 % de los habitantes de Ucrania no quiere que su país ingrese a la OTAN, ya que son inteligentes.
Además, conforme a sus declaraciones, todavía no hay garantías de que Ucrania quede fuera de la Alianza Atlántica.
“Los socios estadounidenses ahora dicen que no han prometido nada a Ucrania [...] Podemos imaginar, que un plan del ingreso de Ucrania a la OTAN se está examinando, nadie ha dicho que no”, sostuvo.
Putin aludió así al anuncio realizado por la Casa Blanca, en el que se negaron las afirmaciones de Kiev sobre que el presidente de EEUU, Joe Biden, respaldó el lunes el ingreso de Ucrania a la Alianza Atlántica en una conversación telefónica con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Es más, vinculó dicha declaración con la cumbre que él mismo y Biden celebrarán el próximo 16 de junio en Ginebra (Suiza).
En plena crisis entre Ucrania y Rusia en la península de Crimea y la zona oriental fronteriza, el presidente ucraniano pidió el 6 de abril a la OTAN acelerar el proceso de adhesión de su país, a fin de enviar una “señal real” a Rusia, y definió su membresía como la única salida al problema de Donbás.
Sin embargo, la portavoz adjunta del Gobierno alemán, Ulrike Demmer, manifestó un día después que, por el momento, no se estaban considerando nuevos pasos hacia la membresía de Ucrania en el bloque militar.
Entretanto, la portavoz de la Cancillería de Rusia, María Zajárova, advirtió la semana pasada que la “membresía hipotética” de Ucrania en la OTAN podría conducir a una gran escalada en Donbás ―una región independentista del este de Ucrania y limítrofe con Rusia― y tener un efecto irreversible en la condición del Estado ucraniano.
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