El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, y el nuevo canciller de Alemania, Olaf Scholz, anunciaron dicha decisión en una reunión que sostuvieron el domingo en Varsovia, capital polaca.
“Son verdaderas sanciones económicas”, afirmó Morawiecki, mientras que pidió a Scholz impedir la función del megaproyecto Nord Stream 2, que transporta gas natural ruso a Alemania, argumentando que este proyecto incrementará la influencia de la Federación de Rusia y sus presiones a la Unión Europea, además de poner un “nudo corredizo” a Ucrania.
El canciller germano no comentó nada sobre este tema, pero reiteró el apoyo de Berlín a Varsovia en la “crisis migratoria artificial” que se enfrenta en la frontera con Bielorrusia.
El titular alemán tachó de “inhumano” el proceder del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, le acusó de emprender una “guerra híbrida” y utilizar a personas como escudos humanos y armas.
¿A qué se debe la tensión Bielorrusia-Polonia?
Las relaciones entre Minsk y Varsovia se han intensificado durante los últimos meses por la llegada de miles de migrantes y refugiados a la frontera entre ambos Estados.
Es más, el aumento de número de solicitantes de asilo ha llevado a los dos países vecinos europeos a un conflicto serio, por lo que se siguen acusando mutuamente por dicho problema. También, EE.UU. y algunos de sus socios occidentales culpan a Bielorrusia de impulsar la crisis migratoria con fines políticos.
No obstante, las autoridades bielorrusas rechazan estas acusaciones y denuncian el despliegue militar polaco cerca de sus fronteras y acusan a Varsovia de cortar el paso a estas personas, usando incluso “violencia física”, “gases” y “disparando por encima de sus cabezas”.
Ante esta coyuntura, la Unión Europea impuso el 2 de diciembre otro paquete de sanciones contra Bielorrusia. Con esto, un total de 183 personas y 26 entidades del país eslavo ya se encuentran sancionadas.
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