"Un ataque lanzado con misiles de alta precisión Onix a un aeródromo militar cerca de Odesa destruyó un centro logístico a través del cual se realizaba el suministro de armas extrajeras", afirmó el portavoz de Defensa, general mayor Ígor Konashénkov.
El militar precisó que el bombardeo devastó "hangares con drones Bayraktar ТB2, [de fabricación turca], así como misiles de municiones llegadas de Estados Unidos y países europeos".
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció en la madrugada del 24 de febrero el lanzamiento de una operación militar especial en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al genocidio por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Del 24 de febrero al 1 de mayo, las hostilidades en Ucrania causaron la muerte de al menos 3.153 civiles y dejaron heridos a otros 3.316, pero el balance real es mucho más alto, según la ONU. Más de 5,5 millones de ucranianos buscaron refugio en los países vecinos, a lo que se suman unos 7,7 millones de desplazados internos.
A finales de marzo pasado, el Ministerio de Defensa ruso dio por cumplidos los objetivos de la primera fase de la operación, que era mermar la capacidad bélica de Ucrania, y dijo que se enfocará en adelante en "la liberación del Donbás".
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