Los bombarderos estadounidenses B-1 Lancer se acercaron a las fronteras de Corea del Norte.
El vuelo de dos bombarderos estadounidenses fue una respuesta al lanzamiento de un misil balístico, que durante el último lanzamiento cubrió una distancia de 800 kilómetros. Este fue el máximo acercamiento de los bombarderos a las fronteras de Corea del Norte y la capital de este estado, que en Pyongyang bien puede percibirse como una amenaza inmediata.
A juzgar por la ruta de vuelo, las tripulaciones de los bombarderos trabajaron atacando el territorio de la Corea del Norte, sin embargo, probablemente, el objetivo no era la capital de este estado, sino instalaciones militares que pueden representar una amenaza particular.
Pyongyang aún no ha comentado sobre la provocación organizada por Estados Unidos. Sin embargo, es obvio que la respuesta a tales acciones seguirá: se estima que esto puede resultar en lanzamientos masivos de misiles y bombardeos de artillería de las aguas costeras, especialmente porque anteriormente el liderazgo de Corea del Norte declaró su disposición a dar una respuesta dura a cualquier tipo de provocación de este tipo, ya que son una amenaza directa para el estado.
Estados Unidos aún no ha comentado sobre el vuelo de bombarderos a 80 kilómetros de la frontera con Corea del Norte.
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