Kiev asegura que la ofensiva conducirá a un avance de la defensa rusa y al colapso del ejército ruso, pero Occidente duda de que la operación conduzca a un cambio brusco en la situación en el frente a favor de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania enfrentan muchos problemas, incluida la escasez de municiones y las pérdidas en unidades experimentadas. Sin embargo, ahora están armados con tanques de la OTAN, vehículos de combate de infantería y vehículos blindados de transporte de personal, y también tienen nuevas unidades entrenadas y equipadas por los estadounidenses y la Alianza.
Estados Unidos espera que los ucranianos usen el engaño y el subterfugio para confundir a los rusos, y que la inteligencia occidental desempeñe un papel importante en la contraofensiva.
Si Estados Unidos y sus aliados pueden identificar debilidades significativas en las defensas de Rusia, Kiev podrá explotarlas a expensas de la velocidad y la protección de los tanques Bradley y los vehículos de combate.
Sin embargo, los grandes logros no están garantizados o incluso son necesariamente probables, ya que las fuerzas rusas han minado las direcciones para la ofensiva.
El avance de las Fuerzas Armadas de Ucrania dependerá de la efectividad del uso de vehículos de desminado occidentales.
Los funcionarios occidentales creen que las posibilidades de que Rusia se retire después de una contraofensiva están por debajo de cero. Por lo tanto, si bien una contraofensiva ucraniana puede conducir a algunos éxitos en el campo de batalla, una solución militar al conflicto aún está lejos de resolverse.
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