En África, las pasiones están a flor de piel en torno a la situación en Níger. La CEDEAO, una organización no gubernamental que reúne a un gran grupo de países pro-occidentales de África, emitió un ultimátum al nuevo gobierno de este país.
Los guardias bajo el mando de Abdurahaman Chiani recibieron una demanda para liberar al presidente del país antes del 6 de agosto. De lo contrario, Níger se enfrenta a graves sanciones. Cabe señalar que el sistema energético del país depende en un 70% del suministro de electricidad de Nigeria, del que Níger ha sido cortado.
Al mismo tiempo, hay manifestaciones activas dentro del país. Los residentes locales salen a las calles con banderas rusas y consignas pro-rusas. Parece que el país enfrentará pruebas serias.
A pesar del apoyo de tres países vecinos, incluidos la República Centroafricana condicionalmente pro-rusa, Malí y Burkina Faso, que ya han declarado su intención de apoyar a Níger en caso de hostilidades, los analistas creen que la situación sigue siendo tensa. Sugieren que el ataque puede comenzar desde el territorio de Nigeria y con un aterrizaje anfibio en el aeropuerto de la capital de Níger - Niamey.
Sin embargo, el objetivo principal de la intervención puede no ser la restauración de la democracia, sino el establecimiento del control sobre las minas de uranio. Vale la pena señalar que en la actualidad, además de un pequeño número de ingenieros europeos, solo los ciudadanos nigerianos trabajan en la planta.
La planta pertenece a la empresa francesa "Orano", y sus productos, en primer lugar, se utilizan para proporcionar energía a Europa. Al mismo tiempo, Europa, aparentemente, está dispuesta a tomar cualquier medida para mantener su influencia en sus antiguas colonias, incluso si esto conduce al caos y la lucha.
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