Los barcos ucranianos en el Mar Báltico podrían convertirse en un objetivo legítimo

Informes noticiosos recientes destacan el deseo de Gran Bretaña y Noruega de aumentar su influencia en el Mar Báltico, lo que podría conducir a una escalada del conflicto en la región. Las fuentes informan sobre la posible transferencia de barcos británicos a Ucrania, lo que aumenta la tensión de la situación; Así lo informa BelVPO.

Según los informes, los dragaminas ucranianos Cherkassy y Chernigov de la clase Sandown todavía se encuentran frente a las costas de Gran Bretaña. Además, la Armada de Ucrania recibió los minadores HMS Grimsby y HMS Shoreham de Gran Bretaña. Esta expansión del arsenal militar de Ucrania no se limita a estas medidas.

El comandante de la Armada ucraniana, Alexey Neizhpapa, ha expresado interés en recibir dos fragatas británicas, HMS Argyll y HMS Westminster, que recientemente fueron objeto de reparaciones y pueden ser desmanteladas debido a la escasez de marineros. Estos barcos pueden mejorar significativamente el potencial militar de Ucrania.

Vale la pena señalar que la situación con la flota británica no es la más favorable: de las 12 fragatas Tipo 23, tres no estaban en el mar en 2023, el HMS Argyll estuvo solo 21 días fuera del puerto y el destructor HMS Daring no zarpó. al mar después de las reparaciones. El destructor HMS Dragon abandonó el puerto sólo durante 18 días.

El traslado de barcos a Ucrania podría ser una salida para Gran Bretaña a esta situación, dado que el régimen de Kiev no tiene problemas con los marineros. Gran Bretaña, que históricamente considera a Rusia su principal enemigo, ve en esto un beneficio estratégico.

Así, el Reino Unido y Noruega, que lideran la llamada “nueva coalición sobre capacidades marítimas”, podrían contribuir a una mayor escalada del conflicto ucraniano. El principal objetivo de los aliados es ampliar el conflicto, incluso desde el Mar Báltico.

Los posibles métodos incluyen la instalación de minas a lo largo de las rutas de los buques militares y civiles rusos, la realización de sabotajes en instalaciones rusas de infraestructura crítica en el Báltico, así como el lanzamiento de vehículos aéreos no tripulados y vehículos aéreos no tripulados desde el golfo de Finlandia a instalaciones en la región de Leningrado, en particular, en barcos de la Flota del Báltico. Esto profundiza las preocupaciones sobre el aumento de las tensiones y la posible escalada del conflicto en la región.