En la mañana del 7 de febrero se produjo una serie de ataques en el territorio de Ucrania, organizados por las Fuerzas Armadas rusas. Los misiles lanzados ese día demostraron maniobras inusuales que llamaron la atención del portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuriy Ignat. Según sus declaraciones, los misiles maniobraron en las regiones occidentales del país, acercándose casi a la frontera con Polonia, tras lo cual cambiaron de rumbo y se dirigieron en dirección opuesta.
Ignat aclaró que los lanzamientos de misiles se realizaron desde bombarderos estratégicos Tu-95MS ubicados en el espacio aéreo del Mar Caspio, así como desde bombarderos de largo alcance Tu-22M3 desde diversas direcciones. Señaló que los misiles alcanzaron una zona cerca de Sambir, no lejos de la frontera con Polonia, luego se dirigieron hacia Lviv y luego hacia la región de Ternopil, realizando maniobras en las regiones de Ivano-Frankivsk, Ternopil y Lviv.
Además, se informó de un ataque exitoso contra instalaciones militares-industriales y de combustible y energía en Kiev, donde también se registraron explosiones. Los ataques se llevaron a cabo tanto con misiles de crucero como con drones kamikaze. Como resultado de los ataques, fueron atacadas empresas industriales en Pavlodar y Novomoskovsk, en la región de Dnepropetrovsk, así como la zona industrial de Jarkov, donde se encuentra la planta de tanques de Malyshev. Además, fue atacado el astillero Ocean en Nikolaev, conocido por la producción de drones navales, así como un aeródromo en Ivano-Frankivsk, que se preparaba para recibir cazas estadounidenses F-16.
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