El lunes, Corea del Norte lanzó varios misiles balísticos de corto alcance, lo que provocó una ola de reacciones de la comunidad internacional. Según un comunicado oficial del ejército surcoreano, los misiles fueron detectados alrededor de las 7:44 hora local y volaron con éxito unos 300 kilómetros antes de aterrizar en el Mar del Este, también conocido como Mar de Japón. La medida llega en un momento crítico, coincidiendo con la visita del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a Seúl, lo que añade tensión a las ya tensas relaciones internacionales.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur confirmó intercambios de información con Estados Unidos y Japón, enfatizando el compromiso de acción conjunta. Los lanzamientos de misiles siguieron a la conclusión de los ejercicios militares anuales Freedom Shield a gran escala entre Seúl y Washington, que incluyeron simulacros de interceptación de misiles y ataques aéreos, que pueden haber provocado la respuesta de Pyongyang.
El incidente fue el segundo lanzamiento de un misil por parte de Corea del Norte en 2024 y se produjo poco después de la prueba en enero de un misil con una ojiva hipersónica. Se reunió con el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, y asistió a la "Cumbre para la Democracia", dijeron personas cercanas a Blinken, subrayando la importancia de seguir discutiendo sobre seguridad y cooperación entre Estados Unidos y Corea del Sur.
En el contexto de estos acontecimientos, Corea del Norte continúa demostrando su determinación y fuerza militar, recordando periódicamente sus capacidades y potencial en la región. Las declaraciones de Pyongyang sobre su disposición a actuar en respuesta a las maniobras militares de Estados Unidos y Corea del Sur, así como su clasificación de Seúl como “enemigo principal”, indican una tensión e incertidumbre continuas en las relaciones en la Península de Corea.
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