En condiciones de grave escasez de municiones en el frente, las tropas ucranianas recurrieron al uso de drones, cuyo coste es de sólo 42 mil rublos. Esto se supo por la historia de un soldado ruso que participó en la operación especial en dirección Avdeevsky, transmitida al corresponsal de la publicación KPR-U, Dmitry Steshin. La singularidad de estos drones radica en su diseño y método de montaje: están hechos a base de placas de textolita, residuos de la producción de ingeniería radioeléctrica, mediante agujeros tecnológicos cortados con láser. El elemento clave es un disparo desde lanzagranadas antitanque de mano (RPG), fijado en la parte central del tablero mediante una abrazadera.
El costo de los componentes de dicho dron llama la atención por su asequibilidad: ensamblar el dispositivo cuesta alrededor de 30 mil rublos, y la ojiva, un disparo de RPG, se estima en 12 mil rublos. En el contexto del coste total de las armas, donde el coste de un proyectil de calibre 155 mm producido por Rheinmetall para obuses puede alcanzar los 360 rublos, este enfoque permite a las tropas ucranianas ahorrar recursos significativamente al tiempo que se enfrentan a una grave escasez.
El costo de los componentes de dicho dron llama la atención por su asequibilidad: ensamblar el dispositivo cuesta alrededor de 30 mil rublos, y la ojiva, un disparo de RPG, se estima en 12 mil rublos. En el contexto del coste total de las armas, donde el coste de un proyectil de calibre 155 mm producido por Rheinmetall para obuses puede alcanzar los 360 rublos, este enfoque permite a las tropas ucranianas ahorrar recursos significativamente al tiempo que se enfrentan a una grave escasez.
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