México empezó las conversaciones con Europa para actualizar el TLC que firmaron en el año 2000.
México también adelanta conversaciones con Argentina y Brasil para fortalecer los lazos comerciales.
México es uno de los mayores compradores de maíz y soya de EE.UU. y ahora busca otros mercados por las amenazas comerciales de Trump.
México está a punto de dar un giro para apartar su economía de Estados Unidos y del presidente Donald Trump.
El Gobierno de México empezó este lunes las conversaciones con sus contrapartes de la Unión Europea para actualizar su propio tratado de libre comercio que fue inicialmente firmado en el año 2000.
Durante años, ambas partes han expresado el deseo de firmar nuevos acuerdos, pero solo anunciaron la “aceleración” de negociaciones comerciales poco después de que Trump llegara a la Casa Blanca.
“Es un deseo común de proceder tan rápido como sea posible con esta negociación”, le dijo a CNNMoney Andrew Standley, embajador de la Unión Europea en México, el pasado mes de febrero en la Ciudad de México.
Eso no es todo. Funcionarios del Gobierno de México se dirigirán esta semana al Foro Económico Mundial en América Latina donde probablemente reiterarán su interés en comprar más bienes —particularmente maíz y soya— de Brasil y Argentina en lugar de hacerlo a Estados Unidos.
La semana pasada, el subsecretario de Comercio Exterior de México, Juan Carlos Baker, le dijo al Finantial Times que México ya está adelantando conversaciones con dos gigantes sudamericanos para fortalecer sus lazos comerciales.
“Hay mucho potencial para una situación ganar-ganar”, le dijo a CNNMoney Martín Redrado, expresidente del Banco Central de Argentina y director de Fundación Capital, un instituto de investigación sin fines de lucro. “México siempre ha sido bienvenido en América Latina”.
México no se ha sentido muy bienvenido en América del Norte. Trump ha amenazado con impuestos contra los bienes importados desde México y con retirarse del TLCAN, el tratado de libre comercio trilateral que también incluye a Canadá. (Sin embargo, el gobierno de Trump recientemente señaló que no buscaría reescribirlo completamente).
El país latinoamericano es uno de los mayores compradores de maíz y soya estadounidenses. El maíz es un alimento básico para la dieta de los mexicanos, usado para todas sus comidas desde puestos de tacos hasta restaurantes finos.
Es un momento fortuito para que México mire hacia el sur y hacia el este. Argentina y Brasil, dos de las economías más cerradas del mundo para negociar, tienen líderes tratando de deshacerse de las políticas proteccionistas de libre comercio.
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, eliminó los impuestos el año pasado en exportaciones agrícolas implementados por el antiguo régimen populista del país. Argentina recientemente superó una recesión y su crecimiento aún es lento.
En Brasil, el presidente Michael Temer está buscando casi cualquier medida para ayudar a impulsar la economía de la nación, que está atraviesa una alta tasa de desempleo y la recesión económica más grande de su historia.
Europa también está deseosa de encontrar más socios comerciales luego de que las conversaciones sobre un acuerdo comercial ambicioso con Estados Unidos —la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés)— se estancara mucho antes de que Trump llegara a la presidencia.
Los expertos dicen que entre los desafíos que tiene México es encontrar áreas donde se complemente con sus socios, en vez de competir con ellos. Como un gran fabricante de autos, puede tener el riesgo de competir con gigantes fabricantes de autos europeos como Daimler, de Mercedes y BMW. Y Argentina y Brasil también son centros de producción automotriz.
Pero Volkswagen tiene su planta más grande de fabricación fuera de Europa en México, y BMW está programado para abrir una nueva fábrica en México, en 2019. Por ahora, la relación parece beneficiar a ambos lados.
Sin embargo, la mayoría de los trabajadores automotrices de México hacen partes —no el auto completo— por lo que la clave será decidir qué partes se fabricarán en México y qué producirán las otras partes, para hacer feliz a todos.
Expertos dicen que la misma estrategia complementaria debe ser aplicada a otros campos como la agricultura, para evitar que se pierdan trabajos.
Aún así, México ya tiene un tratado de libre comercio exitoso con la Unión Europea. Entre 2005 y 2015, los flujos anuales del tratado entre las dos partes fue de 56.000 millones de dólares.
Europa ha representado el 40% del total de la inversión extranjera en México desde el año 2000, según información oficial de la Unión Europea.
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