Para la mayoría ha quedado claro que Trump no es parte del sistema, al menos no del sistema que controló por muchos años la política estadounidense; que en realidad a un controla, pero su candidato, Hillary Clinton, perdió ante el intruso Trump.
Y Trump logró la presidencia de los EEUU gracias a su discurso anti establishment, anti globalización, anti inmigrante, anti cambio climático y anti musulmán. Su principal asesor fue el líder de la extrema derecha estadounidense, el fascista Steve Bannon.
Esta corriente política representada por Steve Banon, es la misma que rechaza la teoría del cambio climático provocado por el hombre, la que aboga por la supremacía blanca, la que rechaza el nuevo orden mundial y su globalización, la que aboga por un nacionalismo económico y la que aboga por un acercamiento con Rusia, es decir, por la creación de un nuevo orden mundial multipolar.
Y es esa visión del mundo de Steve Banon la que intercede por un acercamiento con China y Rusia para lograr debilitar las estructuras de poder erigidas por el establishment globalista, por la élite bancaria e industrial que controla la City de Londres y Wall Street.
Es por eso que Trump en su próxima reunión con el líder chino, Xi Jinping, este 6 y 7 de abril, buscará lograr acuerdos comerciales con el gigante asiático y diseñar un nuevo orden financiero mundial que ya no este controlado por la elite representada por Soros, Los Rockefeller y los Rothschild.
Por eso es que acordará con su par chino la inclusión de los EE.UU. en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, BAII, para servir de contra peso al Banco Mundial y al FMI.
También es en este sentido que se debe entender los esfuerzos de Trump para lograr acuerdos con los chinos y los rusos para terminar con la guerra en Siria e Iraq, para de ese modo poder establecer la nueva ruta de la seda proyectada por China, pues para que ese proyecto tenga éxito, se necesita que termine la guerra en Medio Oriente, porque por ahí pasará la mencionada ruta, es decir, por Irán, Irak y siria hasta desembocar en el mediterráneo.
Es por eso que Washington y Moscú desbarataron los planes de Turquía para invadir el norte de Siria; y es también por eso que Turquía dio por “terminada” su intervención militar en ese país, operación conocida como “escudo del Éufrates”. No olvidemos que Rusia había enviado fuerzas militares al norte de Siria para impedir el avance de las fuerzas turcas; así mismo, los EE.UU. hicieron otro tanto, por lo que a Erdogan no le quedo otro remedio que sacar sus tropas de Siria.
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