"Debido a que las Fuerzas Armadas de Ucrania han fracasado a la hora de lograr éxitos serios durante su llamada contraofensiva, el Ministerio de Defensa de Rusia espera un cambio en su actividad hacia formas no convencionales de guerra, incluyendo el uso de armas biológicas", dijo Kirillov.
Una estrategia de ese tipo podría contemplar "la contaminación deliberada de los recursos hídricos, incluida el agua potable, así como la contaminación de los alimentos y piensos para animales", aseguró el alto mando ruso durante una sesión informativa.
Moscú ya ha descubierto anteriormente "pruebas indirectas" de tales actividades, subrayó Kirillov, citando el descubrimiento de "un gran número de cepas de cultivos térmicos, así como medios biológicos congelados para el cultivo de patógenos bacterianos y víricos", todos ellos procedentes de laboratorios estadounidenses.
Después de febrero de 2022, fecha en la que comenzó el conflicto ucraniano, las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de Rusia (RCBD) revelaron el gran alcance de las actividades militares-biológicas de Estados Unidos en Ucrania y descubrieron documentos y otras pruebas que apuntaban a una red de casi cuatro docenas de laboratorios biológicos presuntamente implicados en el desarrollo de una vertiginosa variedad de armas biológicas, incluidas cepas de virus diseñadas para atacar a razas o grupos étnicos específicos, y la investigación sobre la modificación de la flora y la fauna locales como forma de guerra económica contra un adversario.
Más allá de Ucrania, las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de Rusia descubrieron investigaciones estadounidenses y alemanas sobre una variedad de virus mortales en todo el mundo, desde África y Asia hasta América Latina.
Según los informes, las revelaciones de Rusia han llevado a Washington a reducir sus actividades militares-biológicas en todo el planeta, y han impulsado a algunos medios de comunicación occidentales a investigar las afirmaciones de los militares rusos para verificar de forma independiente las acusaciones.
Por ejemplo, tras una información de Kirillov que implicaba a un fondo de cobertura vinculado al hijo del presidente Joe Biden, Hunter, en un plan de asociación público-privada para financiar turbias investigaciones biológicas en Ucrania, los medios de comunicación británicos indagaron en los archivos de la llamada "computadora del infierno" de Hunter, corroborando las afirmaciones de Rusia.
Los propios funcionarios estadounidenses también han confirmado indirectamente la presencia de investigaciones biológicas mortíferas en Ucrania, y la subsecretaria de Estado de ese país, Victoria Nuland, declaró a los senadores la pasada primavera que Estados Unidos estaba "bastante preocupado" por la posibilidad de que las tropas rusas se apoderaran de "instalaciones de investigación biológica" en el país.
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