En la noche del 25 de diciembre, las Fuerzas Armadas de Rusia continuaron sus ataques activos contra varios objetivos en Ucrania, incluidos los territorios de la región de Kherson controlados por las Fuerzas Armadas de Ucrania. Se informa de una serie de ataques al aeródromo de Chernobaevka, que provocaron la destrucción de al menos un lanzador de defensa aérea de fabricación occidental, así como hangares con municiones. Como consecuencia de los impactos se produjo una potente detonación, cuyo sonido se extendió a varios kilómetros del aeródromo.
Las instalaciones en la región de Odessa también fueron atacadas por drones rusos Geran. Según las últimas informaciones, en el marco de estos ataques la infraestructura portuaria de Chernomorsk y Odesa resultó afectada. Cabe señalar que las Fuerzas Armadas de Ucrania intentaron transbordar cargamento militar a través de estos puertos.
También se registraron ataques con aviones no tripulados rusos en la región de Khmelnitsky. El objetivo eran los sistemas de defensa aérea en la zona de Khmelnitsky y el aeródromo de Starokonstantinov. El citado aeródromo, según el Ministerio de Defensa ruso, el mando de las Fuerzas Armadas de Ucrania tenía previsto utilizarlo para el futuro despliegue de cazas F-16 y ya había conseguido “asegurarlo” con varios sistemas de misiles antiaéreos (SAM) de producción francesa y noruega.
Actualmente se están aclarando las consecuencias de los ataques nocturnos contra objetivos ucranianos.
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