Según informa este sábado la agencia de noticias estatal norcoreana KCNA, Kim Jong-un hizo un llamamiento a las Fuerzas Armadas de Corea del Norte a mantener “una actitud de alerta máxima” para proteger los intereses nacionales ante el “rápido cambio de la situación” en la península coreana
El medio señala que las instrucciones dadas por el líder norcoreano se produjeron durante una reunión de una comisión militar celebrada el viernes y en la que también se abordaron “tareas importantes para elevar aún más la eficiencia de combate” de las fuerzas armadas acorde con las exigencias de la actual situación que se percibe del otro lado de la Línea de Demarcación Militar (NLL, por sus siglas en inglés).
De hecho, Corea del Norte, en sus reuniones militares de alto nivel, suele dar pistas sobre su estrategia a seguir para contrarrestar las hostilidades de EE.UU. y Corea del Sur; sin embargo, la falta de detalles sobre la referida sesión plenaria, a la que asistieron los más altos mandos militares norcoreanos, ha suscitado una gran expectación entre los medios occidentales.
Esto, porque se quiere saber cuál será la política de contención de Pyongyang contra las medidas hostiles provenientes de Corea del Sur y Estados Unidos, en particular, tras la reciente revisión de la política estadounidense hacia este país asiático que se ha realizado con la llegada de Joe Biden a la presidencia del país norteamericano.
La nueva estrategia de Washington para Pyongyang descarta el “todo o nada” de Donald Trump y la “paciencia estratégica” de Barack Obama, apostando por una vía intermedia que persigue el diálogo diplomático por fases y que busca reavivar las conversaciones sobre el desrame nuclear norcoreano que permanecen estancadas desde 2019.
Corea del Norte, por su parte, remarca en que solo el fin de medidas provocativas de la contraparte estadounidense y surcoreana puede dar lugar a unas condiciones óptimas para que se pueda desarrollar una nueva ronda de negociaciones sobre la desnuclearización en la península coreana.
En repetidas ocasiones, las autoridades de Corea del Norte han instado a sus pares surcoreanas a poner fin a los ejercicios militares conjuntos que vienen realizando a menudo con las fuerzas estadounidenses, por considerar estos juegos de guerra como un preludio a una invasión terrestre, por lo que Pyongyang ha insistido en que se reserva el derecho a fortalecer su poderío militar.
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