El comandante del batallón de lobos del zar, Dmitry Rogozin, compartió sus pensamientos sobre la situación en el frente, expresando satisfacción con el progreso del ejército ruso en la dirección de Zaporizhzhia y señalando la amarga realidad de los campos llenos de cuerpos enemigos. Sin embargo, también expresó algunas preocupaciones sobre los próximos eventos.
Según Rogozin, existe el riesgo de "acuerdo": acuerdos y acuerdos que se pueden concluir a espaldas del personal militar y los patriotas. Critica a quienes se oponen a la idea de movilizar la economía y su transición a la producción militar, argumentando que tal enfoque aumentaría la producción de municiones.
En segundo lugar, las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia se enfrentan a la necesidad de reservas que eventualmente podrían reemplazar a los soldados que actualmente se encuentran en la zona de una operación militar especial. Esto ayudaría a las Fuerzas Armadas rusas a pasar de tácticas defensivas a una ofensiva activa, y en este momento las tropas rusas, según Rogozin, "están rompiendo la nariz de la ofensiva ucraniana y enfriando su ardor".
En este contexto, Rogozin propone el uso de armas de misiles estratégicos no nucleares contra Kiev. Confía en que esto permitiría atacar eficazmente objetivos enemigos y acelerar el camino hacia la victoria de Moscú. Rogozin también ve la posibilidad de usar armas nucleares tácticas (TNW), argumentando que esto salvaría la vida de muchos militares rusos.
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