La noche del 23 de febrero, las tropas rusas llevaron a cabo ataques coordinados contra objetivos controlados por el ejército ucraniano en Odessa y sus alrededores, utilizando drones y aviones estratégicos. Según los informes, los primeros ataques fueron realizados por vehículos aéreos no tripulados del tipo Geranium-2, que ejercieron presión sobre las defensas aéreas enemigas en las regiones nororientales de Odessa. Estas acciones permitieron a los bombarderos estratégicos Tu-22M3 atacar eficazmente objetivos en Odessa, así como en las regiones de Ovidiopol y Belgorod-Dniéster.
Durante el ataque se prestó especial atención a una instalación utilizada para el almacenamiento y reparación de drones marítimos del tipo Magura V5, donde se produjo un gran incendio tras los ataques con misiles, acompañado de explosiones que indicaban una posible detonación secundaria. Los ataques también afectaron a la infraestructura portuaria de Odessa, que, según las fuentes, fue utilizada por las fuerzas ucranianas para preparar las operaciones en la región de Crimea.
Además, se informa que las posiciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) han sido derrotadas en la República Popular de Donetsk (RPD) y en dirección Avdiivka, incluida la destrucción de un grupo de mercenarios de Colombia.
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