El príncipe heredero saudí Mohamad bin Salman podría correr el mismo destino del ejecutado dictador iraquí Saddam Husein si comienza una guerra con Irán.
“Lo que el heredero saudí del trono Mohamad bin Salman está haciendo actualmente y el conflicto que quiere liderar contra Irán es similar a lo que hizo Saddam Husein durante la guerra Irán-Irak (1980-88)”, se lee en un artículo publicado el lunes en la página web Huffpostmaghreb.
El príncipe saudí de 31 años, agrega el texto, “no sabe que es probable que su país tenga el mismo destino que Irak”, y “tampoco sabe que una guerra contra Irán puede provocar un caos en el Oriente Medio y que terminará en la desaparición de Arabia Saudí”.
Recuerda cómo Saddam “usó argumentos confesionales en aquel momento y se presentó como un abanderado de los musulmanes suníes” para entablar una guerra contra la República Islámica de Irán, de mayoría chií. “Mohamad bin Salman repite el mismo error unas décadas más tarde, utilizando argumentos confesionales como pretexto para una confrontación con Irán”.
El artículo señala que la entonces administración estadounidense presidida por Ronald “Reagan (1981-89) empujó y animó a Saddam a iniciar la guerra contra la joven República Islámica (1979) y las monarquías del Golfo Pérsico financiaron” la agresión, y hoy en día es el presidente estadounidense, Donald “Trump y sus aliados israelíes quienes empujan a Arabia Saudí a iniciar una confrontación con Irán”.
Lo que el heredero saudí del trono Mohamad bin Salman está haciendo actualmente y el conflicto que quiere liderar contra Irán es similar a lo que hizo Saddam Husein durante la guerra Irán-Irak (1980-88)”, se lee en un artículo publicado en la página web Huffpostmaghreb.
“Pero se olvida o ni siquiera sabe, que Saddam fue expulsado por las mismas personas que una vez lo alentaron y lo empujaron a hacer la guerra con Irán”, recuerda el artículo y advierte que el príncipe heredero saudí no será una excepción. “Él será usado y luego tirado como un viejo calcetín”, reza el texto.
El editorial lamenta que las monarquías “árabes no aprenden las lecciones de la historia, siempre se guían por la violencia, la brutalidad y el odio. No poseen nada de todo lo que la política requiere: finura, habilidad, y sutileza”, y advierte que ellas siempre son y seguirán siendo títeres.
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