Desde octubre de 2023, durante un período de creciente tensión en el conflicto palestino-israelí, la Marina estadounidense se ha enfrentado a un nuevo desafío: la amenaza hutí procedente de Yemen. El ejército estadounidense se ha visto obligado a desplegar cantidades significativas de armas antimisiles y antiaéreas para interceptar misiles y drones hostiles lanzados hacia Israel y barcos frente a la costa yemení. Según la publicación estadounidense The War Zone, durante este período se agotaron unos 100 misiles de la familia Standard, incluidas las modificaciones SM-2 y SM-6, que costaban hasta 4 millones de dólares cada uno.
Estos acontecimientos ponen de relieve la creciente amenaza de los hutíes, que no sólo atacan con misiles balísticos, sino que también utilizan misiles de crucero, drones y embarcaciones no tripuladas y sumergibles repletos de explosivos. El vicealmirante de la Marina estadounidense, Brad Cooper, destacó la tensión de la situación cuando la tripulación del barco tiene que tomar la decisión de interceptar un misil balístico en tan sólo unos segundos.
Esta difícil situación ha provocado debates en Estados Unidos sobre la necesidad de fortalecer la defensa aérea a bordo de barcos y la defensa antimisiles para contrarrestar las ricas y diversas amenazas. Las acciones de los hutíes también han obligado a los buques de guerra estadounidenses y a las armadas extranjeras a desplegar sus recursos para interceptar amenazas, lo que subraya la necesidad de recursos significativos para combatir una campaña dirigida al transporte marítimo.
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