La banca británica avisa de que está haciendo ya las maletas por el Brexit que se avecina para salir, parcialmente, del Reino Unido en el primer trimestre del 2017 en dirección a otras ciudades europeas. Anthony Browne, presidente de la Asociación de Banca Británica, publicó ayer sus advertencias en un artículo en el dominical The Observer, en el que dice que están en juego 1,1 billones de libras, la cifra que los bancos con sede en Reino Unido prestan a día de hoy a empresas y gobiernos de los 27 países de la Unión Europea (excluyendo Reino Unido).
A tenor del gremio de los banqueros británicos, las transacciones comerciales entre el Reino Unido y los países miembros de la Unión Europea ascienden a más de 20.000 millones de libras al año, otra cifra que está en el limbo a consecuencia del Brexit , es decir, la salida de Reino Unido de la Unión Europea. El Ejecutivo de Londres ha señalado el mes de marzo del 2017 como la fecha para iniciar la aplicación del artículo 50 del Tratado de Lisboa, que prevé la salida de un miembro de la UE, una aplicación que no tiene precedente en la historia de la Unión.
«¿Brexit duro o blando; rápido o lento?… El debate público y político a día de hoy nos lleva en la dirección equivocada», escribe el presidente de la banca británica aduciendo que la incertidumbre que ha generado el referéndum no sólo plantea cuestiones como la imposición de tarifas o aranceles adicionales en el comercio a través del Canal de la Mancha, sino que cuestiona el derecho de los bancos con sede en el Reino Unido a ofrecer servicios financieros en la Unión Europea. En este sentido, Browne aduce que los servicios financieros representan el 12% de la economía británica y ocupan a 2,2 millones de empleados.
El Gobierno de Theresa May y sus tres ministros para el Brexit (David Davis, Liam Fox y Boris Johson, conocidos como los tres brexiteers o brexiteros aludiendo a los tres mosqueteros) han dicho que quieren controlar la libre circulación de personas y trabajadores en sus fronteras pero, en cambio, desean libre circulación de productos, artículos y servicios con Europa. Compatibilizar una cosa con la otra es uno de los retos de la futura negociación.
«Los negocios no pueden esperar el último minuto. Los cambios en las operaciones financieras tardan años. La mayoría de los bancos internacionales tiene ya equipos que trabajan en identificar qué operaciones necesitarán trasladar para continuar sirviendo a sus clientes en la UE, el plazo de tiempo que tienen para el traslado y cómo hacerlo de la mejor manera. Sus manos están temblando por las opciones de reubicación. Muchos de los pequeños bancos prevén iniciar su traslado antes de Navidad, los grandes bancos planean el inicio del desplazamiento en el primer trimestre del próximo año», escribe el presidente de la banca británica, quien añade que «Londres sobrevivirá como centro financiero».
El análisis de Browne previene que, aunque pierda fuelle, la City de Londres, continuará compitiendo con París y Fráncfort. En términos de pérdida o traslado de puestos de trabajo, la financiera Goldman Sachs podría transferir unos 2.000 empleados de Londres a otras ciudades europeas mientras que TheCityUk, una federación británica de entidades financieras, calcula que el sector bancario podría trasladar en total de 70.000 profesionales de Reino Unido a la Unión Europea a raíz del Brexit.
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Por otro lado, el banco JPMorgan asegura que la confianza de los inversores se extiende a otros países europeos como España, donde el índice de confianza que elabora el banco se ha mantenido en negativo entre julio y septiembre por tercer trimestre consecutivo a causa de la incertidumbre derivada de la situación política y el Brexit, descendiendo hasta el -1,51 desde el -1,11 anterior.
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