Rusia, a diferencia de EE.UU., no se preocupa mucho por las actividades nucleares y misilísticas de Pyongyang, porque ve las cosas diferentes que Washington.
Ante la escalada de tensión en la península coreana, la Administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, va caminando hacia una confrontación con Pyongyang, mientras que su homólogo ruso, Vladimir Putin, busca una “ventaja estratégica”, según publicó el lunes la revista digital estadounidense Foreign Policy.
Moscú opta por una postura de “reconciliación” hacia Pyongyang porque “interpreta” las actitudes del Gobierno de Kim Jong-un de forma “muy diferente” en comparación con Washington y sus aliados. De hecho, Rusia es más optimista que Estados Unidos cuando se trata de la dinastía Kim.
Otra razón que hace desaparecer las preocupaciones del Kremlin, es la “sorprendente” cantidad del intercambio económico entre estos antiguos patrocinadores de la ideología comunista a principios de la era de la Guerra Fría, resalta la publicación.
El Kremlin asegura que el liderazgo norcoreano es “raro”, pero que también es “lógico”. Aunque el Gobierno de Kim dispone de armas nucleares, los analistas rusos coinciden en que Kim sabe que si usa sus armas, Estados Unidos pulverizará su país, lo matará y dejará Corea del Norte en ruinas.
Rusia enfatiza que los grandes daños provocados por el uso de armas de destrucción masiva antes de la Guerra Fría, impediría un ataque por parte de Pyongyang, pero al mismo tiempo recalca que el programa nuclear de Corea del Norte “contribuye a la estabilidad de la situación”, pues, explica la publicación, este poderío asegura a Pyongyang de su seguridad y “disuadirá” a Estados Unidos de lanzar un ataque militar en su contra.
Por otro lado, ni Moscú ni Pekín desean reemplazar Corea del Norte con una Corea Unificada, aliada de Estados Unidos. Rusia cree que Washington merece rendir cuentas similar a Pyongyang por la tensión en desarrollo en la península coreana, pues, reconoce que el programa de armas de Pyongyang busca defenderse ante agresiones.
La publicación destaca que si Washington hubiera aceptado el programa nuclear norcoreano y ofrecido a Pyongyang las garantías de seguridad, Moscú pudiera haber apoyado las presiones contra Kim para frenar sus pruebas de misiles, incluidas las sanciones.
Sin embargo, añade Foreign Policy, siempre y cuando la Casa Blanca insista en una solución militar o el cambio de régimen en Corea del Norte, el Kremlin seguirá lanzando la culpa no solo hacia Kim, sino hacia Trump.
Washington ha tratado de involucrar a Rusia y China en hallar una solución. Ambos países apoyan la reducción de la retórica bélica en la península, que a su juicio, acoplaría el fin al desarrollo nuclear y misilístico de Pyongyang con el fin de los ejercicios conjuntos anuales Washington-Seúl.
http://www.hispantv.com/noticias/rusia/347778/moscu-programa-nuclear-pyongyang-putin-trump
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