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martes, 3 de junio de 2014

Entrevista a Babái, uno de los dirigentes de los sublevados en el este de Ucrania.

“Me gustaría crear Kazakia, el Estado de los cosacos”

En Kramatorsk, cerca de Slaviansk, están situadas las fuerzas principales de los sublevados y el comandante Babái es uno de los más conocidos. Es un cosaco ortodoxo y su apariencia inusual ha cautivado a los periodistas rusos. En su cinturón lleva una pistolera y un cuchillo sin funda.


Fuente: Ria Novosti

¿Te identificas como soldado ortodoxo?

Sí. Soy cosaco y soldado ortodoxo.


Babái quiere construir en Ucrania un nuevo país llamado Kazakia con un zar ortodoxo. Se ofende cuando lo comparan con los nacionalistas ucranianos y se llama a sí mismo soldado ortodoxo. Babái asegura que Ucrania es un estado artificial y que los ucranianos como nación no existen.

¿Cómo esperas que se desarrollen los acontecimientos en el futuro? ¿Comenzará una guerra a gran escala, dirigiendo los tanques contra vosotros?

No, los ucranianos no vendrán. Vendrán los mercenarios. Hombres contratados por dinero. Tienen bandidos, mercenarios de distintas regiones y de todo el mundo.

¿Podréis defenderos si el gobierno de Kiev inicia una guerra a gran escala? ¿Hasta qué punto os ayudará Rusia?

Bueno, Rusia en realidad no ayudará de forma oficial. Mucha gente nos está ayudando. Gente de todas partes del país nos está ayudando. No de ese país al que llaman Ucrania, ese territorio fronterizo de la antigua Rus, sino de Rusia precisamente.

Pero de un modo u otro, esa gente ha vivido 23 años en Ucrania. ¿No te da pena que ahora ese país se vaya cayendo a pedazos? Primero Crimea, ahora la Nueva Rusia…

¿Sabes por qué no me da pena? Porque el plan de Dulles [supuesto plan ideado por la CIA para destruir la URSS] sigue en marcha. Están incitando a pueblos hermanos a luchar unos contra otros. Nos vemos obligados a matar a cristianos ortodoxos como nosotros. Nosotros no queremos esto, pero allí les obligan. Hace poco capturamos a un hombre del Sector de Derechas.

Formaba parte de uno de esos cientos “sectores de derechas”. Al parecer le había llamado un jefe de escuadrón y le había dicho que, o se unía a ellos o irían a por él, a por su familia y sus seres cercanos. ¿Qué podía hacer él? Naturalmente, se unió a ellos por miedo…

Crees que el Ejército ucraniano está luchando a punta de pistola, ¿verdad?

Sí. Los soldados rasos llamados al Ejército no quieren luchar contra su propio pueblo, al que habían jurado proteger. Pero la Guardia Nacional no hizo ningún juramento para proteger a su pueblo ucraniano, simplemente va a matar por dinero.

¿Cómo ves el futuro de las “repúblicas populares” de Donetsk y Lugansk?

¿Qué cómo lo veo? Próspero.

¿Como parte de Rusia o como repúblicas autónomas?

En mi opinión, como parte de Rusia.

Es decir, como una especie de renacimiento del Imperio ruso, ¿no?

Sí. A mí me gustaría crear el estado de Kazakia, y que allí no hubiera ningún gobierno estatal. Que hubiera un poder unipersonal, una autocracia atamana.

El gobierno ucraniano opina que aquí sólo hay terroristas y separatistas y que al menos la mitad de ellos son, o bien rusos, o bien mercenarios. ¿Hasta qué punto se corresponde esto con la realidad?

Como se suele decir, el miedo tiene los ojos grandes. Ellos creen que nosotros somos mercenarios y comandos especiales. Sí, somos un cuerpo especial, un cuerpo especial cosaco. Muchos cosacos están acudiendo y creo que pronto podremos plantar cara a todos ellos.

Los ucranianos dicen que aquí hay muchos chechenos, que los soldados de Kadírov luchan con vosotros, que están de vuestra parte.

Eso no lo sé. En estos momentos, en Kramatorsk y en Slaviansk no hay ni un solo pelotón checheno. Aquí no nos hacen falta chechenos, nosotros mismos, el pueblo ortodoxo, somos quienes deben enfrentarse a nuestro propio pueblo ortodoxo.



¿Te gustaría enviar algún mensaje al Ejército ucraniano?

A la Guardia Nacional, gobernantes y junta, y a todos los mercenarios que haya por allí. Os hago una propuesta: cambiad de opinión y volved a vuestras casas. Dejad las ametralladoras en casa, coged las azadas y dedicaos a cuidar de vuestros huertos.

Porque ahora pensáis que estáis ganando dinero. Lo que no entiendo es para qué necesitáis el dinero si os dirigís a vuestra propia muerte. Es muy difícil de entender. ¿Y quién gastará este dinero? Vuestra familia no lo recibirá. Esto por un lado.

Por haber venido aquí a matar a gente, a civiles, os digo que vuestras familias también sufrirán después de esto. Por eso, una vez más, pensadlo bien, colgad las armas y no volváis a arrastraros por esa sucia política. Algo así.



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