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miércoles, 16 de septiembre de 2015

“Dueños” por onza de oro físico se disparan a máximo histórico

En palabras simples: hay más de 228 onzas comprometidas en el papel, en los contratos de futuros, por cada una que hay en físico. No hay oro suficiente para todos.

El Commodity Exchange (Comex), división del New York Mercantile Exchange para el comercio de futuros de metales, está bajo estrés. Nos referimos al caso del oro, que al cierre del jueves de la semana pasada (último dato disponible al cierre de este artículo) vio disparar su indicador de “dueños” por onza de oro a un impresionante nivel de 228.6. Apenas hace un mes el récord era de 123.8.

¿Qué significa esto? En palabras simples: hay más de 228 onzas comprometidas en el papel, en los contratos de futuros, por cada una que hay en físico. No hay oro suficiente para todos.

Se confirma que los inversores más avezados están aprovechando los precios actuales para comprar todo el oro que pueden. Y no sólo eso. Además, algunos de ellos están decidiendo sacar su tesoro del sistema de bóvedas del Comex,que están a cargo de los depositarios autorizados: Brink´s, Delaware Depository, HSBC Bank, JP Morgan Chase Bank; Manfra, Tordella & Brooke´s y Scotia Mocatta.

El número de “dueños” por onza –que se conoce como “ratio de cobertura”-, se calcula tomando como base el número total de onzas que representan los contratos abiertos en futuros (Open Interest) y dividiéndolo por los inventarios de oro registrado (Registered Gold). Esta categoría corresponde a metal precioso susceptible de ser entregado al vencimiento de los contratos. Hay que decir que la mayoría no terminan con la entrega del metal, pues las posiciones casi siempre se terminan cerrando antes (sigue después de la imagen).



Como quiera, el punto es que el oro se está “acabando”, pues aunque hay muchas más existencias de metal precioso en los almacenes, estas se encuentran bajo la categoría de eligible gold. Estos son lingotes que cumplen con las especificaciones del Comex como peso, tamaño, pureza y refinería, pero que no son susceptibles de entrega contra contratos porque pertenecen ya a un tercero específico. Éste, simplemente ha decidido mantener en dichas bóvedas, su metal. Cabe aclarar que es posible que ocurran reclasificaciones en uno u otro sentido.

El punto es que allá fuera hay inversores que se sienten seguros por estar invirtiendo en oro –un inmejorable seguro financiero-, cuando lo que en realidad tienen es un simple documento, una promesa de pago que supera en cientos de veces lo que existe en lingotes. La gráfica siguiente es muy ilustrativa de la tendencia del número de “dueños” por onza (gráfica al corte del martes, cuando la ratio fue de 227.6) en lo que va del siglo.



No hay oro que alcance a cubrir todos los pasivos que contra él se han emitido y que siguen creciendo. Como en el juego de las sillas, cuando los acreedores acudan en masa a reclamar su metal, la mayoría se quedará con las manos vacías. Se les pagará en el mejor de los casos en divisa –dólares, euros, libras, o lo que sea-, justo en el momento en el que el público las esté repudiando.

La semana pasada le contábamos que el nivel de “escasez” de oro se encuentra en un máximo de siete años. Lo que está sucediendo en el Comex es otra señal de lo estrecho que está el mercado físico.

Consultamos la opinión de nuestro amigo experto, Sandeep Jaitly, de Feketeresearch.com, quien nos dijo que lo relevante de este aumento en la ratio de cobertura es que algunos inversores se están dando cuenta de que tener derechos sobre él, “no es lo mismo que el oro en sí mismo”.

Agregó que el oro se está “escondiendo” de la circulación, pero que esto no es nuevo, pues la “backwardation” en este mercado ha estado presente desde el inicio de la gran crisis financiera mundial en 2008. Jaitly subraya que el “Indicador de estrés” de Feketeresearch se ha elevado también. Esto sucede cuando los administradores del Comex consideran que los inventarios han caído de manera tan preocupante, que es necesario traer lingotes desde fuera del sistema para compensarlo.

Aunque a algunos les parece contradictorio que este escenario se presente justo cuando los precios del oro siguen cayendo, la realidad es que no tiene nada de raro. Dado que la mayoría de transacciones son de oro de papel, las ventas que tiran los precios son de este tipo. Así que mientras cada día más y más “manos débiles” se decepcionan y liquidan sus posiciones especulativas, otro grupo de inversores en valor les dan las gracias por abaratar al rey de los metales y felices se lo llevan a casa.

En este espacio continuaremos dando seguimiento a este importante tema que pasa desapercibido para la mayoría de medios predominantes.

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