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miércoles, 3 de julio de 2019

La paradoja de Huawei: ¿por qué Trump ha dado un respiro al gigante chino?



Durante el G20 de Osaka, Donald Trump aseguró que levantaría las sanciones contra Huawei. Se trató de un movimiento inesperado que levantó duras críticas hacia el presidente hasta el punto de que sus consejeros tuvieron que salir al paso a justificar la decisión. ¿Por qué Trump ha dado un respiro a Huawei?

Durante la reunión de hora y media entre el presidente chino, Xi Jinping, y el presidente estadounidense, Donald Trump, el norteamericano anunció que la empresa china podría seguir comprando ciertos componentes a fabricantes estadounidenses. "Nuestras empresas pueden vender equipos a Huawei", dijo, y añadió que el 2 de julio probablemente se celebraría un encuentro en la que se abordaría el retirar a la firma china de la lista negra del Departamento de Comercio de EEUU.
Lluvia de críticas

Los expertos ya avisan: es todavía pronto para decir que la guerra comercial ha llegado a su fin. Que se hayan reanudado las negociaciones entre ambas potencias no significa que se haya alcanzado un acuerdo. Y también se ha de tener en cuenta que no se sabe hasta dónde está dispuesto Pekín a hacer concesiones a Estados Unidos más allá de comprarle más productos agrícolas.

No se puede hablar de que la guerra comercial haya terminado. Máxime cuando Trump puede dar marcha atrás y seguir adelante con los aranceles por valor de 300.000 millones de dólares que había prometido. Sobre todo después de la lluvia de críticas en el Congreso: los senadores republicanos Marco Rubio y Lindsey Graham han recordado al presidente las declaraciones con las que él mismo definía a Huawei: "Amenaza para la seguridad nacional de EEUU". También han anunciado que planean unirse a los demócratas si con eso se logra mantener las sanciones.

"Hay una razón por la que Huawei está en la lista negra. Es una empresa china propiedad del Gobierno chino, muy controlada por los militares y que se podría usar para robar tecnología, datos y secretos de Estado. (…) No conozco el alcance de las concesiones de Trump a Huawei, pero si son importantes el Congreso se opondrá", ha añadido Graham en el programa 'Face the Nation'.

Incluso John Barrasso, considerado uno de los aliados de Trump, cree que "Huawei es un caballo de Troya".

"Me preocupa esta situación. Creo que representan una amenaza para nuestra seguridad nacional. Personalmente no permitiría a Huawei entrar en el país", dijo a la cadena NBC.

El director ente del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Lawrence Kudlow, intentó tranquilizar a los críticos durante una entrevista con Fox News. Él y Trump aprecian la preocupación de los senadores en lo que respecta a la seguridad nacional y subrayó que la concesión a Huawei no es en ningún caso "una amnistía general".

"Huawei seguirá en la conocida como 'lista de entidades', en la que se aplican serios controles en las exportaciones. El Departamento de Estado expedirá temporalmente una serie de licencias para la venta de productos de lo más genéricos", ha dicho.

Una concesión a las empresas estadounidenses

Sin embargo, que Trump haya decidido dar un respiro a Huawei es, sobre todo, una buena noticia para las firmas estadounidenses. Google fue uno de las primeras en asestar un golpe a la empresa china retirando Android de sus terminales.

Según el fundador y CEO de Huawei, Ren Zhengfei, el sistema operativo estadounidense perdería casi 1.000 millones de usuarios.

Así que en los nuevos terminales chinos Honor 20 y 20 Pro, ambos de Huawei, funciona Google Play.
Microsoft también decidió poner fin a la guerra volviendo a distribuir los Huawei MateBook 13, MateBook y MateBook X Pro en su tienda de internet.

Unos 20 consorcios de estandarización estadounidenses —NFC Forum, Broadband Forum, HDMI Forum y Ethernet Alliance, entre otros— apelaron a finales de junio al Departamento de Comercio del país en una carta conjunta en la que advertían de que excluir a Huawei limitaría en gran medida la capacidad comercial de las empresas estadounidenses fuera de Estados Unidos, puesto que la empresa china seguiría presente en otros países.

De la tregua comercial se alegra sobre todo Apple, para la que China es la principal base de su producción. A finales de junio, Nikkei Asian Review aseguró, citando a fuentes de la compañía de la manzana, que la empresa había solicitado a sus principales proveedores —Foxconn, Pegatron, Wistron, Quanta Computer, Compal Electronics e Inventec— que calcularan el coste de reubicar su producción en la India, Vietnam, Indonesia, Malasia y México.

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