Arabia Saudí reconoce la incapacidad de los sistemas de defensa antimisiles Patriot, de fabricación estadounidense, para responder a los ataques yemeníes.
El portavoz de la llamada coalición liderada por Arabia Saudí contra Yemen, el coronel Turki al-Maliki, confirmó el domingo por la noche un nuevo ataque de drones yemeníes a sus instalaciones militares y confesó que los sistemas antimisiles Patriot solo han conseguido interceptar y derribar a una de las aeronaves.
Al-Maliki no dio más detalles sobre los daños provocados en dicho ataque. Se limitó a anunciar que la coalición saudí continuará “trabajando para destruir y neutralizar las capacidades militares de las fuerzas yemeníes”.
En la misma jornada, más temprano, el portavoz del Ejército yemení, el teniente general Yahya Sari, informó de una operación a gran escala, respaldada por el movimiento popular Ansarolá, contra el aeropuerto internacional de Abha, ubicado en la ciudad homónima, capital de la provincia fronteriza de Asir, en el suroeste de Arabia Saudí.
De acuerdo con el militar de alto rango yemení, los ataques llevados a cabo con varios drones equipados con misiles alcanzaron sus objetivos con alta precisión y destruyeron objetivos sensibles e instalaciones militares del aeródromo saudí.
Las fuerzas yemeníes han amenazado con recrudecer las ofensivas de represalia contra el régimen saudí y sus aliados por la masacre de civiles yemeníes, y advierte de que sus drones y misiles pueden alcanzar “objetivos estratégicos” en pleno corazón de Arabia Saudí.
El 14 de septiembre de 2019, el Ejército yemení, respaldado por los comités populares, atacó con 10 aviones no tripulados (drones) dos instalaciones petrolíferas de la saudí Aramco y provocó la suspensión del 50 % de la producción del mayor suministrador de petróleo del mundo.
De hecho, los constantes ataques de represalia yemeníes han puesto en jaque al régimen agresor de Arabia Saudí, que compra millones de dólares en armas y equipamientos militares a ciertos países occidentales, como Estados Unidos, el Reino Unido y Francia.
Según distintos analistas, las nuevas acciones de represalia del Ejército y Ansarolá evidencian el avance tecnológico del armamento yemení y la excelente preparación de sus tropas.
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