“Las recientes victorias en las áreas operativas, especialmente en Marib, han puesto al enemigo de rodillas; un enemigo que ahora está colapsando y está en sus etapas finales”, dijo el domingo Muhamad Naser al-Atefi.
El titular de Defensa yemení señaló también que los países miembros de la llamada coalición liderada por Arabia Saudí contra Yemen actualmente se encuentran en pésimas condiciones en distintos ámbitos, incluidos el militar, económico, político y publicitario.
De hecho, prosiguió Al-Atefi, hoy en día los agresores están pagando un alto precio por su tiranía, coerción y la guerra que han impuesto contra Yemen, el país más pobre del mundo árabe, desde marzo de 2015.
El ministro enfatizó que ningún agresor u ocupante permanecerá en el territorio yemení y consideró imposible que sus compatriotas acepten a los agresores, incluso con todas las conspiraciones posibles de las fuerzas malvadas y arrogantes contra la resistencia del pueblo. Los yemeníes lograrán la victoria, vaticinó.
A pesar de que la agresión y el bloqueo impuestos por el reino árabe y sus aliados han convertido a Yemen en un “infierno”, según las Naciones Unidas, el Ejército yemení, apoyado por el movimiento popular Ansarolá, ha podido resistir y desarrollar sus capacidades militares de manera que ya es capaz de disuadir la agresión saudí, responder a sus crímenes y hasta golpear los objetivos militares y vitales de los agresores.
Expertos afirman que Arabia Saudí sufre un “desgaste increíble” que se puede afirmar que ha perdido la guerra en Yemen, pese a la enorme cantidad de fondos que ha gastado en el conflicto y el apoyo que recibe de parte de países occidentales, principalmente de EEUU.
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