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jueves, 2 de diciembre de 2021

Lukashenko: Bielorrusia necesita los sistemas antiaéreos rusos S-400 o S-500 para una defensa eficaz

Bielorrusia necesita los sistemas rusos de defensa antiaérea S-400 o S-500 para una protección eficaz contra posibles ataques de misiles, comunicó el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko.

"Hoy en día, protegemos por completo nuestras fronteras con defensa antiaérea (...) para ser efectivos contra un ataque con misiles, solo necesitamos los S-400, o puede ser, los S-500", dijo Lukashenko en una entrevista con la agencia RIA Novosti.

A la pregunta de cuándo Bielorrusia recibirá estos sistemas, Lukashenko respondió que "el presidente [de Rusia, Vladímir] Putin tomará esta decisión".

El líder bielorruso resaltó que su país está listo para las entregas de los sistemas antiaéreos.

Según el mandatario, hay un S-400 en un centro científico de Bielorrusia y tiene la intención de pedirle a Putin dejarlo en el país.

"Rusia suministró a este centro un S-400, tenemos que verlo, estudiarlo (...). Quiero pedirle al presidente [Putin] que se quede este complejo aquí", subrayó Lukashenko.

El presidente bielorruso especificó que la función de este tipo de centros es "estudiar las nuevas armas que ahora se crean en Rusia".

Con un alcance de hasta 400 kilómetros, el sistema antiaéreo S-400 Triumf o SA-21 Growler, según la clasificación de la OTAN, puede abatir aparatos aéreos de tecnología furtiva, misiles de crucero, proyectiles balísticos tácticos y táctico-operativos a alturas de hasta 30 kilómetros.

El sistema antiaéreo S-500 Prometei, también conocido como Triumfator, pertenece a una nueva generación de sistemas de misiles tierra-aire y es capaz de abatir misiles balísticos, de crucero e hipersónicos, a altitudes más allá de los 100 kilómetros, así como a objetivos aerodinámicos (aviones y helicópteros).

Con un alcance de unos 600 kilómetros, el S-500 puede derribar simultáneamente hasta diez objetivos balísticos que se desplacen a velocidades supersónicas de hasta 7 kilómetros por segundo y destruir cabezas de combate de misiles hipersónicos.

Por sus características, el S-500 superará considerablemente el actual sistema S-400 y a su competidor estadounidense, Patriot Advanced Capability-3.

Plataformas de lanzamiento de misiles balísticos

Lukashenko comunicó también que todas las plataformas de lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales nucleares fueron conservadas en Bielorrusia y están listas para usarse.

"¿Por qué me he convertido en enemigo de Occidente? No porque soy un dictador, sino porque todas las plataformas de lanzamiento para los misiles Topol –quizá menos una– fueron conservadas y están listas para su uso", dijo el mandatario.

Lukashenko comentó antes que Minsk propondría a Moscú desplegar armamento nuclear ruso en el territorio bielorruso en caso de que la OTAN lo haga en Polonia.

Después de la desintegración de la Unión Soviética, en el territorio de Bielorrusia quedaron decenas de cargas para los misiles balísticos intercontinentales Topol y más de un millar de ojivas nucleares tácticas.

El armamento nuclear fue retirado del territorio bielorruso después de que Minsk firmara el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares.

Zelenski, "una persona totalmente fortuita" en la política

Lukashenko calificó al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, como una persona que llegó a política por casualidad.

Refiriéndose a Alexandr Turchinov, exsecretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Lukashenko afirmó que lo conoce muy bien y que no es un político, sino un hombre que accidentalmente accedió al poder.

"Creo que en política es una persona totalmente fortuita, como Volodímir Zelenski hoy resultó ser una persona completamente fortuita, aunque es jefe de Estado", afirmó.

Las relaciones de Bielorrusia y Ucrania empeoraron después de que la Cancillería ucraniana no reconociera los resultados de las presidenciales bielorrusas de 2020, que otorgaron un nuevo mandato al presidente Lukashenko.

Bielorrusia, a su vez, acusó a Ucrania, al igual que a los países occidentales, de interferir en sus asuntos internos, así como de coordinar las protestas de la oposición, que se iniciaron tras las elecciones presidenciales.

Planes frustrados de utilizar armas desde Ucrania

Lukashenko informó también que los agentes de su país lograron incautar armas provenientes desde Ucrania, destinadas, en su opinión, para el uso en su contra, así como contra la base militar rusa y periodistas de Moscú y Minsk.

Según el líder bielorruso, el tráfico de armas desde Ucrania se registró por primera vez antes de que estallara la crisis migratoria en la frontera con Polonia.

"Las armas fueron destinadas para la eliminación del presidente y la perpetración de ataques terroristas en el territorio de Bielorrusia después de las elecciones presidenciales", afirmó Lukashenko, al remarcar que igualmente se planeaba utilizar esas armas contra la base militar rusa y contra algunos periodistas de Rusia y Bielorrusia.

No obstante, indicó, la policía bielorrusa en cooperación con el Comité de Seguridad del Estado (KGB) logró localizar los alijos de armas y detuvo a los organizadores. Posteriormente, también frustró los intentos de trasladar ese armamento al campo de refugiados en la frontera bielorruso-polaca con el fin de provocar desordenes.

Lukashenko aseguró que si las fuerzas bielorrusas no protegieran a los migrantes, "en la frontera con Polonia y Lituania ya habrían ocurrido enfrentamientos".

"Por tanto, nos vemos obligados a proteger ese campo contra la penetración de armas que provienen desde las zonas de combates de Ucrania, a través de la frontera ucraniana al territorio de Bielorrusia", subrayó.

En septiembre, la Compañía Nacional de Radio y Televisión de Bielorrusia comunicó que el KGB había detenido a un hombre que trasladaba armamento al territorio bielorruso. Según el ente, fue encargado por agentes extranjeros de instalar en varias partes de Bielorrusia alijos de armas de fuego, municiones y explosivos para grupos extremistas.

Las elecciones presidenciales de agosto de 2020 en Bielorrusia, que otorgaron el sexto mandato consecutivo a Lukashenko, dieron origen a varios meses de protestas.

Los países occidentales empezaron a imponer sanciones contra las personalidades oficiales bielorrusas, acusando a Minsk de la violación de derechos humanos.

Las autoridades bielorrusas declararon a su vez que las protestas se coordinan desde el exterior.
Últimamente Lituania, Letonia y Polonia están denunciando una avalancha de cruces ilegales desde Bielorrusia y acusan a Minsk de orquestar una crisis migratoria en represalia a las sanciones occidentales.

Las autoridades bielorrusas rechazan esas acusaciones. Lukashenko declaró que Minsk se niega a seguir conteniendo a los inmigrantes irregulares, porque "no tiene ni dinero ni fuerzas para hacerlo", debido a las sanciones occidentales.

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