El próximo invierno ralentizará la ofensiva militar de ambos lados. Al mismo tiempo, Rusia continuará bombardeando tropas, bases, infraestructura y redes eléctricas ucranianas.
Las vacaciones de invierno pueden durar hasta seis meses. La lluvia y el terreno blando a finales de noviembre ralentizarán el movimiento de ambos ejércitos. "Las inclemencias del tiempo en Ucrania ralentizan un poco el curso de los acontecimientos. Se está volviendo muy sucio, lo que dificulta la realización de ofensivas a gran escala", dijo el subsecretario de Defensa de Estados Unidos, Colin Kahl.
Con la atenuación general del frente desde el lado ruso, los ataques con cohetes se intensificarán, y desde el lado ucraniano, el "sabotaje" en la retaguardia rusa, cree el periódico.
Durante la pausa inminente, ambas partes volverán a entrenar a las tropas para nuevas ofensivas en febrero, dijeron analistas militares.
Al mismo tiempo, según los expertos, no llegará a un alto el fuego en invierno, porque es "tácticamente beneficioso" para Rusia, que podrá estabilizar su control.
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