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jueves, 22 de junio de 2023

La Unión Europea no quiere que sus inversiones vayan a China, pero muchos de sus miembros se oponen

La Unión Europea busca establecer medidas que le permitan controlar las inversiones europeas en otros países, principalmente en los mercados chinos. Sin embargo, la mayoría de los miembros del bloque abogan por reglas que no sean tan coercitivas, pues conocen la importancia que tiene la segunda economía más importante del planeta.

El diario británico The Financial Times reveló detalles del borrador de un plan que la Comisión Europea busca presentar a los Estados miembros, y el cual, entre otras cosas, establecería un monitoreo de las inversiones en el extranjero con el fin de que dichos recursos sean gastados dentro de Europa, como una medida proteccionista.

El documento menciona que se necesitan más estudios y análisis del impacto económico que tendría en la eurozona monitorear el comercio y las inversiones. Según el medio, no todos los Gobiernos están de acuerdo con esa propuesta.

"Hay una renuencia general [entre los capitales de la Unión Europea] a ir demasiado lejos. Precaución y prudencia son las palabras de los Estados miembros: no nos adelantemos cuando se trata de proponer nuevos instrumentos como el control de inversiones salientes", afirmó un funcionario de la Unión Europea, citado por el medio.

Países como Alemania y Francia estarían escépticos de "apegarse demasiado a la línea estadounidense", es decir, establecer sanciones y limitaciones en las transacciones con Pekín.

El borrador de la Comisión Europea plantea que, por ejemplo, se limiten las exportaciones a China en el sector de microprocesadores, en línea con la decisión del Gobierno neerlandés, el cual ya limita la venta a la nación asiática de máquinas que producen chips.

Con ello, se cumpliría la petición de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien pidió una política de "eliminación de riesgos" ante China y expuso, en marzo, que ni las empresas ni el capital europeo deberían utilizarse para mejorar las capacidades militares y de inteligencia de "rivales sistémicos", entre los que se incluye Pekín.

"Necesitamos una visión clara de los riesgos y su evolución a lo largo del tiempo. Por eso, la Comisión y los Estados miembros profundizarán el análisis de las cadenas de suministros críticas y los puntos críticos de tecnología sensible, los someterán a pruebas de estrés y establecerán el nivel de riesgo", se lee en el borrador citado.

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