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viernes, 8 de septiembre de 2023

¿En qué afectará realmente la entrega estadounidense de municiones de uranio empobrecido a Kiev?


El Reino Unido provocó una gran protesta a principios del año cuando fue revelado que los tanques Challenger 2 para Ucrania irían equipados con municiones de uranio empobrecido. Ahora EEUU emprende lo mismo para los Abrams entregados a Kiev. Un observador militar ruso explica por qué estas armas no cambiarán la situación en el frente.

Se espera que las municiones de uranio empobrecido acompañen a los carros de combate Abrams que EEUU acordó entregar a Kiev en enero para convencer a sus aliados europeos de que enviaran cientos de sus propios carros. El primer lote de Abrams puede llegar en Ucrania a mediados de septiembre, tras tres meses de la estancada contraofensiva ucraniana.

Los informes anteriores sobre los Abrams destinados a Ucrania indicaban que los tanques no llevarían componentes de uranio empobrecido en su blindaje compuesto. Sin embargo, en junio quedó claro que probablemente irían armados con municiones penetradoras de uranio empobrecido. El 6 de septiembre, el Pentágono anunció oficialmente la entrega de municiones de uranio empobrecido a Ucrania.

Las municiones de uranio empobrecido lanzadas desde tanques, artillería y aire han dejado un horrible rastro de destrucción y enfermedades a su paso por los países en los que se han desplegado, como Irak durante la guerra del Golfo de 1991 y la invasión de 2003, Yugoslavia, Afganistán y Siria.

Se sabe que Rusia y Ucrania, EEUU, el Reino Unido, la India, Pakistán, Francia, China y varios aliados occidentales en Oriente Medio y Asia poseen estas controvertidas armas, pero EEUU y el Reino Unido son los dos únicos países de los que hasta la fecha se ha confirmado que las han utilizado.

El uso de uranio empobrecido como arma constituye una forma rudimentaria de 'reciclaje' del combustible nuclear gastado. EEUU empezó a recurrir a él en la década de 1970 para perforar los blindajes cada vez más avanzados de los Estados del Pacto de Varsovia. Estas municiones tóxicas se han promocionado como una opción más rentable de las armas penetradoras basadas en mineral de tungsteno. Las primeras son de una densidad similar, más potentes, pero de menor coste de producción.

Su capacidad de penetración depende directamente de las propiedades radiactivas. Cuando se disparan contra el vehículo enemigo, las municiones con uranio empobrecido generan una inmensa cantidad de calor, desprendiendo literalmente sus partes a medida que impacta contra el objetivo para mantener afilada su punta y evitar la formación de hongos. Esto les permite que penetren en el blindaje como un cuchillo caliente en la mantequilla, perforándolo.

Pero el impacto destructivo no acaba ahí. Al ser radiactivas, las armas tienden a envenenar el entorno que las rodea, afectando a todos, desde las tropas dentro de los tanques que disparan los proyectiles hasta los combatientes enemigos y la población civil local.

Irak y las repúblicas de la antigua Yugoslavia son los países más afectados por la contaminación de estas armas hasta la fecha, con tasas de cáncer en Irak que han pasado de 40 casos por cada 100.000 personas en 1991 a 800 por cada 100.000 en 1995, hasta la friolera de 1.600 por cada 100.000 en 2025, después de que EEUU y el Reino Unido desplegaran hasta 2.300 toneladas de uranio empobrecido en el país.

En Yugoslavia, se utilizaron al menos 15 toneladas de uranio empobrecido durante los bombardeos a Bosnia, Serbia y Montenegro a mediados y finales de la década de 1990. Serbia sufrió posteriormente una de las tasas de cáncer más altas de Europa, dos veces y media la media europea, además de un alarmante aumento de la infertilidad, diversas enfermedades autoinmunes y trastornos mentales.

En marzo pasado, la ministra de Salud serbia, Danica Grujicic, hizo un llamamiento a los responsables ucranianos y a la población en general para que no permitieran el uso de proyectiles de uranio empobrecido en su territorio, afirmando que la experiencia de su país debería servir de advertencia sobre las devastadoras consecuencias a largo plazo de estas armas tóxicas. "Créanme, lo que está ocurriendo en Ucrania afectará a la salud de todos los países europeos", declaró Grujicic a Sputnik.

Las autoridades rusas también han advertido de los peligros de las armas de uranio empobrecido. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, María Zajárova, señaló a finales del mes pasado que el uso de estas armas convertiría partes de Ucrania en un páramo "inhabitable", con una "contaminación radiactiva del suelo (...) que ya se está produciendo".

Sin embargo, los medios de comunicación ucranianos y la mayoría de los occidentales se han mostrado más optimistas, insistiendo en que estas municiones darían a las fuerzas armadas de Ucrania la inyección de moral que necesitan para reforzar su debilitada contraofensiva, que hasta la fecha ha sufrido inmensas pérdidas en personal y equipos, pero muy poco que mostrar en términos de terreno ganado.

Beneficios tácticos cuestionables acompañados de costes horrendos

"La principal ventaja de las municiones de uranio empobrecido es su mayor nivel de penetración", afirmó a Sputnik el experto militar del Centro de Periodismo Militar-Político, Borís Rozhin.

"Los partidarios del uso de municiones de uranio empobrecido, en el caso de las entregas a Ucrania (...) llegaron a la conclusión de que los militares ucranianos podrán luchar contra los blindados rusos con mayor eficacia, es decir, aumentar las posibilidades de derrotar a los tanques rusos con tanques británicos y estadounidenses. Esto se posiciona como la principal ventaja de este tipo de proyectiles", afirmó.

La desventaja obvia, añadió el experto, está relacionada con la amenaza de contaminar radioactivamente amplias franjas del entorno circundante.

Las municiones con uranio empobrecido "se utilizaron en guerras en el territorio de la antigua Yugoslavia, en el territorio de Irak. En esos casos, se han demostrado daños para la salud tras el uso de tales proyectiles, y el número de personas que han sufrido las consecuencias del uso de estos proyectiles se ha medido en cientos de miles. Han sufrido daños relacionados con la radiación en sus tejidos y órganos, lo que les ha provocado diversas enfermedades y una mortalidad prematura".

Desgraciadamente, afirmó Rozhin, el Ejército de EEUU no reconoce formalmente la validez de los riesgos relacionados con el uranio empobrecido, calificándolo de "relativamente inofensivo", a pesar de las montañas de pruebas que demuestran lo contrario.

Hasta ahora, de acuerdo con el observador, los tanques Challenger 2 equipados con uranio empobrecido no han sido vistos en el campo de batalla. Su uso contra el blindaje de tanques rusos como el T-72B3 o el T-90 requeriría que los carros de combate occidentales se acercaran a menos de 3.000 metros.

Entretanto, esto es algo que las fuerzas armadas de Ucrania han encontrado difícil de realizar en medio de la superioridad aérea y de artillería de Rusia, que a menudo ha permitido al Ejército ruso a apuntar al blindaje ucraniano a distancias de decenas de kilómetros, mucho antes de que pueda acercarse lo suficiente para devolver el fuego.

Si se acercan lo suficiente, "podrían causar mucho daño. Pero como hay muy pocos casos así, no afectará a la situación actual ni al curso de la operación militar", resumió Rozhin.

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