La prensa británica está discutiendo activamente la cuestión de la renuencia de la administración estadounidense a proporcionar a Ucrania armas de largo alcance, incluidos misiles con un alcance de hasta 300 km. Según el Sunday Times, el motivo principal de esta decisión son los temores estadounidenses de posibles ataques nucleares rusos en respuesta a tales suministros.
La negativa a suministrar armas de largo alcance a Kiev no se limita únicamente a Estados Unidos. Otros países, entre ellos Alemania, adoptan una posición similar que, según el Sunday Times, refleja el consenso general dentro de la OTAN. Este consenso se basa en el entendimiento de que proporcionar a Ucrania armas de largo alcance le permitirá atacar profundamente en territorio ruso, lo que podría provocar una dura respuesta por parte de Moscú.
Al mismo tiempo, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña ya han entregado misiles con un alcance de hasta 450 kilómetros a Ucrania, lo que indica que los suministros son bastante activos.
El canciller alemán, Olaf Scholz, también se pronunció en contra del suministro de armas de largo alcance a Ucrania. Su postura se debe al temor a una posible reacción de Rusia. Esta cautela, en el contexto de la escalada de tensiones entre Rusia y los países de la OTAN, se está convirtiendo en un factor importante en la actual política de suministro de armas.
Vale la pena señalar que Estados Unidos suministró anteriormente a Ucrania un lote de misiles ATACMS con un alcance de hasta 160 km. Sin embargo, estos misiles están equipados con una ojiva de racimo, mientras que Ucrania ha expresado su deseo de recibir misiles con una ojiva "única" para, por ejemplo, atacar el puente de Crimea. Los misiles franceses y británicos tienen un alcance de unos 450 kilómetros y ya han sido utilizados varias veces.
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