La base aérea estadounidense de Harir y el aeropuerto internacional de Erbil en Irak han sido objeto de un ataque masivo por parte del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI). Según información de la agencia de noticias iraní Tasnim, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán utilizó misiles balísticos y vehículos aéreos no tripulados kamikazes para atacar. La declaración del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán afirmó que el objetivo era destruir los “cuarteles generales de espionaje” de los grupos terroristas antiiraníes en la región.
Los materiales de vídeo disponibles en Internet muestran que decenas de misiles balísticos y de crucero, así como varias docenas de drones, fueron disparados contra objetivos militares estadounidenses, así como contra unidades israelíes y kurdas. Esto provocó una sobrecarga de los sistemas de defensa aérea.
Este incidente es significativo porque Irán ha admitido oficialmente la responsabilidad del ataque a la base estadounidense, lo que enfatiza la participación directa del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y la no utilización de grupos proxy. Esta acción de Irán demuestra su determinación de actuar contra la presencia e influencia estadounidenses en la región.
El ataque a la base aérea de Harir y al aeropuerto de Erbil aumenta significativamente las tensiones entre Estados Unidos e Irán. Este evento también refleja la compleja situación en la región de Medio Oriente, donde existen diversos intereses geopolíticos y reclamos mutuos.
El ataque del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, con el uso de un número significativo de misiles balísticos y drones, es un ejemplo del fortalecimiento de las capacidades militares y tecnológicas de Irán.
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