"Si alguien amenazara la existencia de EEUU, [este último] usaría las armas nucleares. Putin está diciendo exactamente lo mismo", comentó Sleboda la reciente elevada atención en los medios de comunicación occidentales a la declaración del presidente ruso, Vladímir Putin, de que podrían utilizarse armas nucleares en caso de que se viera amenazada la existencia del Estado ruso.
Así, Putin se limitó a reiterar la antigua política de Rusia, que comparten otras potencias nucleares.
En opinión de Sleboda, a los medios occidentales les gusta mezclar Rusia y armas nucleares en una sola frase. "Creo que tiene un cierto grado de alarmismo, una especie de efecto neomacartista por el mero hecho de ver las dos palabras juntas en un titular", subrayó.
El analista de relaciones internacionales y seguridad apoyó la opinión que el actual comportamiento de Occidente y sus declaraciones poco realistas sobre el mandatario ruso se han convertido en una cosa emblemática. En este contexto, reflexionó que el rechazo occidental a reconocer lo objetivo puede vincularse al estado constante de hiper neo macartismo, aunque señaló que el término no es del todo correcto, puesto que Rusia ya no es comunista. Quizá "histeria rusófoba" sea uno más adecuado, añadió.
"Pero Vladímir Putin es, obviamente, un líder de su país extremadamente inteligente y capaz. Es una espina clavada en el costado de la hegemonía estadounidense. Numerosos políticos y funcionarios estadounidenses lo han admitido, pero en el actual clima sociopolítico de EEUU, esto simplemente está prohibido. Está prohibido reconocer tales cosas", explicó Sleboda.
El experto señaló que se trata de la "burbuja propagandística" de los estadounidenses, que está detrás de la atmósfera que florece en EEUU y a la que ellos mismos se han infligido. Agregó que Rusia no es el único objetivo de esa propaganda por la parte estadounidense, ya que "se dirige contra cualquier adversario de EEUU".
"Se suele demonizar a un país hasta una visión caricaturesca de una persona, un líder, como se hizo con [el expresidente iraquí] Sadam Huseín, como se hizo con [el exlíder de Libia, Muamar] Gadafi, como se hace con [el líder norcoreano] Kim Jong-un".
Algunos países, prosiguió, se ven reducidos a un grupo y no a un único líder, pero el efecto es el mismo. "Con China... es el Partido Comunista Chino. O en Irán, son los mulás".
En última instancia, el objetivo es "deshumanizar al oponente y luego malignizarlo en un paquete maligno fácilmente identificable en esta especie de representación infantil y maniquea del mundo, para facilitar al votante estadounidense la comprensión de quién es el enemigo".
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