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viernes, 1 de octubre de 2021

Pentágono admite: Salida de Afganistán fue un “fracaso estratégico”


Pentágono admite: Salida de Afganistán fue un “fracaso estratégico”

Un alto comandante del Pentágono admitió el martes que la retirada de las tropas de EE.UU. de Afganistán fue un “fracaso estratégico”.

El presidente del Estado Mayor Conjunto de EEUU, general Mark Milley, reconoció en una comparecencia ante el Comité de Servicios Armados del Senado que la salida apresurada de las tropas norteamericanas de Afganistán fue un “fracaso estratégico” aunque ha indicado que la situación actual no se debe a una gestión de cinco o veinte días, sino que es el efecto de “veinte años” de guerra.

“Los resultados en una guerra como esta, un fracaso estratégico - el enemigo está a cargo en Kabul, no hay otra forma de describirlo - son resultado de una acumulación de hechos durante veinte años, no de 20 días. Hay una gran cantidad de lecciones estratégicas, operativas y tácticas que deben aprenderse”, aseguró Milley.

En otra parte de sus declaraciones, el general ha revelado que desde finales de 2020 aconsejó tanto al expresidente estadounidense Donald Trump como al actual mandatario, Joe Biden, que una “retirada acelerada” podría “poner en riesgo” los logros obtenidos en el país centroasiático, provocar un “daño” a la credibilidad internacional de EE.UU. así como llevar al “colapso del Gobierno afgano”.

Además, subrayó que su posición de dejar 2500 efectivos estadounidenses en Afganistán a fin de “avanzar hacia una solución negociada” se mantuvo constante desde finales de 2020, una afirmación que choca con las declaraciones de Biden, quien en agosto aseguró que los asesores militares no le habían aconsejado mantener soldados en el país afgano después de la salida.

Del mismo modo, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, aseveró que el colapso del Gobierno afgano “tomó a todos por sorpresa”, que “sería deshonesto afirmar lo contrario” y responsabilizó directamente al expresidente fugitivo de Afganistán, Ashraf Ghani, así como a la “profunda corrupción” y al “deficiente liderazgo” del resto de altas autoridades afganas de la crisis en este país.

A su vez, el jefe del Comando Central de Estados Unidos McKenzie volvió a reconocer la responsabilidad del ataque que se llevó a cabo a finales de agosto en Kabul con un avión no tripulado (dron), en el que once civiles afganos, entre ellos siete niños, perdieron sus vidas.

El pasado mes de agosto, el grupo armado Talibán volvió a hacerse con el control de Kabul (capital afgana) y casi todo el resto del país. La toma del poder de los talibanes ocurrió en paralelo con la fase final de la retirada de las fuerzas de Washington y sus aliados que han pasado la mayor parte de los últimos 20 años en Afganistán, bajo el pretexto de luchar contra los talibanes y de entrenar y equipar a las fuerzas de seguridad afganas, pero al final no lograron impulsar una victoria decisiva.

La invasión de EE.UU. y sus aliados de Afganistán ha sido la guerra más larga del país norteamericano y un capítulo de la historia militar que probablemente será recordado por los colosales fracasos, las promesas incumplidas y una frenética salida final.

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