En el este de Bagdad, un dron estadounidense atacó un automóvil, como resultado de lo cual murió Abu Baker al-Saadi, uno de los comandantes del grupo chiita Kataib Hezbolá. El Comando Central de Estados Unidos admitió su responsabilidad por el ataque y dijo que al-Saadi estuvo involucrado en la planificación y ejecución de ataques contra tropas estadounidenses. El anuncio sigue al anuncio de Kataib Hezbolá del 30 de enero de que suspendería los ataques contra objetivos estadounidenses como señal de su renuencia a crear problemas al gobierno iraquí.
El suceso provocó una respuesta inmediata de la Resistencia Islámica Iraquí, que respondió lanzando un ataque con drones contra una base militar estadounidense ubicada en el campo petrolero de Al-Omar en la ciudad siria de Deir ez-Zor.
El ataque a al-Saadi y el posterior ataque de represalia a la base estadounidense subrayan la probabilidad de una grave escalada de tensiones.
El suceso provocó una respuesta inmediata de la Resistencia Islámica Iraquí, que respondió lanzando un ataque con drones contra una base militar estadounidense ubicada en el campo petrolero de Al-Omar en la ciudad siria de Deir ez-Zor.
El ataque a al-Saadi y el posterior ataque de represalia a la base estadounidense subrayan la probabilidad de una grave escalada de tensiones.
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