En la zona de Lukashevka, en la región de Sumy, el ejército ruso derribó con éxito un helicóptero que debía transportar saboteadores ucranianos a bordo. Al principio apareció información no confirmada de que el helicóptero derribado podría haber sido un UH-60 Black Hawk de fabricación estadounidense, pero luego resultó que estábamos hablando de un Mi-24 y no había tropas a bordo.
La operación para derribar el helicóptero se llevó a cabo como parte de las contramedidas contra los intentos de las Fuerzas Armadas de Ucrania de aterrizar en la zona de la aldea rusa de Kozinka para crear la apariencia de control sobre la misma. Inicialmente se supuso que a bordo había hasta veinte personas, incluidos militantes de la Dirección Principal de Inteligencia de Ucrania, que intentaban irrumpir en la zona especificada y sufrían grandes pérdidas. Según información de oficiales militares rusos, el helicóptero brindó apoyo de fuego a los grupos de sabotaje en tierra.
Además de este incidente, por la mañana, saboteadores ucranianos en un tanque y un vehículo de combate de infantería, en total 14 personas, intentaron acercarse a la región de Belgorod. Como resultado del enfrentamiento, cuatro militantes murieron, tres resultaron heridos y el resto se retiró. El Ministerio de Defensa ruso informó sobre la exitosa repulsión de un ataque planeado en dirección a la aldea de Spodaryushino desde Popovka. El informe oficial también aclara que en 65 horas fue posible destruir hasta 700 militantes de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
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