“Ese vehículo presidencial no solo es a prueba de balas, sino que está sellado herméticamente contra ataques químicos. El riesgo de transmisión de la enfermedad en el interior es tan alto como fuera de los procedimientos médicos. La irresponsabilidad es asombrosa. Mis pensamientos están con el servicio secreto obligado a jugar”, tuiteó el domingo Phillips, el médico de cabecera del hospital militar Walter Reed en Bethesda (Maryland), donde el mandatario de EEUU, Donald Trump, está hospitalizado desde el viernes tras dar positivo en las pruebas de detección del bicho.
El aludido galeno aseveró que cada persona que se encontraba dentro del vehículo del presidente “durante este ‘paseo’ presidencial completamente innecesario”, tendría que ser puesta en cuarentena durante 14 días.
“Pueden enfermarse. Pueden morir. Por teatro político. Ordenado por Trump para poner sus vidas en riesgo por teatro. Esto es una locura”, lamentó Phillips.
El mandatario de Estados Unidos fue conducido a los exteriores del centro médico para saludar a un grupo de simpatizantes, una medida que sus detractores denunciaron y la catalogaron como una peligrosa maniobra política.
Los expertos señalaron también que la salida rompió las pautas de salud pública que exigen a los pacientes aislarse mientras están en tratamiento y aún excretan el virus.
Al menos dos de los agentes del servicio secreto de Trump deberán permanecer en cuarentena después de su contacto cercano con el mandatario durante esta maniobra por un presidente que “ni siquiera parecía preocuparse”, ha indicado este lunes el diario británico Daily Mail.
Toda la rumorología y las contradicciones que se plantean en lo tocante a la salud de Trump han generado gran incertidumbre en EE.UU. Muchos dudan de que el magnate inmobiliario haya contraído el virus y lo ven como una estrategia en medio de una dura pugna electoral.
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