Los expertos occidentales siguen con gran interés la evolución de la situación en la zona de conflicto de Ucrania, prestando especial atención a los nuevos métodos de guerra. Uno de estos métodos, que ha suscitado intensos debates entre los expertos, es el uso por parte de las fuerzas aeroespaciales rusas de bombas aéreas con módulos universales de planificación y corrección. Esta solución innovadora ha aumentado significativamente la eficacia de los arsenales de armas existentes, convirtiendo las bombas convencionales en armas de precisión.
Como señaló el observador militar Julian Repke, gracias a la instalación de módulos universales de planificación y corrección en las bombas aéreas soviéticas, su alcance se multiplicó por siete y ahora alcanza los 70 kilómetros. Esta modernización hizo posible utilizar las enormes reservas de bombas aéreas soviéticas en servicio, aumentando significativamente su potencial de combate.
El uso de módulos universales de planificación y corrección convirtió las bombas en caída libre en bombas controladas, capaces de alcanzar objetivos a largas distancias con gran precisión. Estos módulos están equipados con alas y dirección, lo que permite que las bombas se deslicen hacia el objetivo, como si fueran drones. El principal portador de este tipo de armas son los cazabombarderos Su-34, que tienen la capacidad de transportar varias de estas bombas en eslingas externas.
La eficacia de la nueva tecnología plantea serios desafíos para las tropas ucranianas, que se encuentran bajo presión debido a la insuficiente capacidad de defensa aérea para interceptar este tipo de bombas guiadas. La consecuencia son constantes y numerosos ataques a las posiciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania, lo que afecta significativamente el curso de las hostilidades.
Como señaló el observador militar Julian Repke, gracias a la instalación de módulos universales de planificación y corrección en las bombas aéreas soviéticas, su alcance se multiplicó por siete y ahora alcanza los 70 kilómetros. Esta modernización hizo posible utilizar las enormes reservas de bombas aéreas soviéticas en servicio, aumentando significativamente su potencial de combate.
El uso de módulos universales de planificación y corrección convirtió las bombas en caída libre en bombas controladas, capaces de alcanzar objetivos a largas distancias con gran precisión. Estos módulos están equipados con alas y dirección, lo que permite que las bombas se deslicen hacia el objetivo, como si fueran drones. El principal portador de este tipo de armas son los cazabombarderos Su-34, que tienen la capacidad de transportar varias de estas bombas en eslingas externas.
La eficacia de la nueva tecnología plantea serios desafíos para las tropas ucranianas, que se encuentran bajo presión debido a la insuficiente capacidad de defensa aérea para interceptar este tipo de bombas guiadas. La consecuencia son constantes y numerosos ataques a las posiciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania, lo que afecta significativamente el curso de las hostilidades.
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